El Gobierno nacional dejó ver en las últimas horas que, si el Congreso no está dispuesto a hacer cambios sustanciales en el sistema, prefiere retirar la reforma a la salud.

Así lo indicó en las últimas horas la ministra de Salud, Carolina Corcho, quien comentó que en el Gobierno son conscientes de que hoy la aprobación de la reforma a la salud que radicaron el pasado 13 de febrero está en manos del Congreso y, en esa medida, advirtió que reconocen que ningún proyecto de ley surte su paso por ese organismo sin ningún tipo de modificaciones.

“Hay unas esencias que el presidente ha pedido o si no el proyecto de ley no tiene sentido, sería retirado por parte del Gobierno”, si se remueven esas esencias, sostuvo la funcionaria. “No queremos que todo cambie para que nada cambie”, agregó.

El pronunciamiento no deja de ser llamativo si se tiene en cuenta que la reforma a la salud es uno de los temas en los que el Gobierno más se la ha jugado a fondo e, incluso, el presidente Gustavo Petro ha estado dispuesto a jugarse parte de su capital político para la aprobación de esta norma.

No obstante, si el Ejecutivo decide finalmente retirar la iniciativa, tampoco la tendrá fácil, pues requerirá de la autorización de la Comisión Séptima de la Cámara.

Así lo indica el artículo 155 de la ley 5 de 1992, que es la que establece el reglamento del Congreso. Según la norma, “un proyecto de ley podrá ser retirado por su autor, siempre que no se haya presentado ponencia para primer debate y sea de iniciativa congresional. En los demás eventos se requerirá la aceptación de la Comisión o Cámara respectiva”.

Si bien aún no se ha presentado ponencia de este proyecto, al tratarse de una iniciativa gubernamental, requerirá la autorización de la Comisión Séptima, que fue donde se radicó.