En el gran estudio electoral de SEMANA, realizado por el Centro Nacional de Consultoría, hay un dato relevante: el 79 por ciento de los encuestados no votarían por un candidato a la presidencia que hubiese pertenecido a un grupo armado ilegal. En cambio, solo 21 por ciento manifestó que sí le daría su voto. Esto demuestra que en Colombia aún, cuando alguien se ha desmovilizado, hay una inmensa desconfianza a la hora de encargarle grandes responsabilidades, como conducir los destinos del país.