Después de varios meses de haber sido capturado, la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia notificó al Senado de la República sobre la situación jurídica de Mario Castaño, por ser la máxima cabeza de una organización que tenía tentáculos en los departamentos de Caldas, Cauca, Chocó, Risaralda, Tolima y Valle del Cauca, en donde saqueaba el erario con apoyo de alcaldes y dirigentes en estas regiones.

Por esa razón, la mesa directiva del Senado decretó la “abstención de llamar al siguiente en la lista del Partido Liberal”, por lo que esa colectividad perdió la curul y automáticamente se aplica la figura de la silla vacía por los delitos imputados a Castaño.

Jurídicamente, hubo la discusión sobre si Castaño hubiera podido renunciar antes del 20 de julio para evitar que el liberalismo perdiera la curul, pero ese escenario nunca ocurrió y por eso la colectividad queda con un senador menos.

Por la confesión de Castaño, la Sala Especial de Instrucción remitió el expediente a la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia, con el fin de que emita el fallo correspondiente. En la diligencia judicial, que no duró más de dos horas, al senador Castaño se le pusieron de presente los beneficios que implica la aceptación de cargos contemplados en el artículo 40 de la Ley 600 de 2000.

Castaño reconoció su participación en la estructura criminal que, con la complicidad de un grupo de alcaldes, funcionarios y particulares, se apropió de multimillonarios recursos de la administración pública provenientes del patrimonio del Estado.