Entre todo el bullicio que ha despertado la llegada del empresario colombiano Álex Saab a Venezuela, hay un ruido que no se escucha: ni la Presidencia ni la Cancillería de Colombia se han pronunciado sobre el aterrizaje del señalado testaferro de Nicolás Maduro en territorio venezolano.
Saab, quien había sido extraditado y encarcelado en Estados Unidos acusado de cooperar con el entramado de corrupción del chavismo para robarse los fondos del petróleo venezolano, llegó a Caracas el miércoles (20 de diciembre) de cuenta de un intercambio de presos entre la Casa Blanca y el Palacio de Miraflores.
Pese a que se trata de un ciudadano colombiano, quien tiene pendientes con la justicia del país y que además ha sido uno de los personajes más sonados en la opinión pública de los últimos años, el Gobierno aún no se pronuncia sobre su caso.
El presidente Gustavo Petro guarda silencio sobre el tema, al igual que el canciller Álvaro Leyva, y este jueves (21 de diciembre), durante una rueda de prensa en la Cancillería, convocada para hablar de la situación de los migrantes africanos en el aeropuerto El Dorado, ese despacho descartó comentar el asunto.
Cuando el vicecanciller, Francisco Coy, fue consultado en dos ocasiones por los periodistas sobre la posición del Gobierno de Colombia respecto al caso de Álex Saab, este solo respondió que no tenía información al respecto y que los encargados de pronunciarse sobre el tema son el presidente Petro y el canciller Leyva. Una vez la prensa insistió en consultar sobre ese asunto, la rueda de prensa finalizó.