En medio del debate sobre el estado de la economía, no se ha registrado que hay un elemento muy positivo en el futuro inmediato. La tasa efectiva de tributación que tendrán que pagar las empresas, según cálculos de la Anif, va a ser reducida sustancialmente. En 2016, esa tasa corporativa llegó al 55,8 por ciento. Para este año, después de la aprobación de la Ley de Financiamiento, quedó en 48,8 por ciento. El año entrante será de 45,1. Y la buena noticia es que en 2022 llegará a 44,2 por ciento. Eso, sin embargo, tendrá que hacer que el Gobierno busque nuevas fuentes de ingresos para evitar un hueco fiscal, como la venta de activos, el recorte del gasto e ir tras los evasores.