El exrector de la Universidad Nacional, Ignacio Mantilla, quien desde noviembre pasado representaba a sus colegas en el Consejo Superior Universitario (CSU), renunció a ese estamento por su inconformidad en la elección de la nueva cabeza de la mayor institución de educación superior del país.
La elección y posterior retiro de José Ismael Peña como rector, quien luego fue remplazado por Leopoldo Múnera, no fue compartida por Mantilla, quien lo dejó claro al abandonar la sesión del CSU en la que se determinó que el nuevo timonel de la Nacional será Múnera.
“Es sorprendente observar cómo se ha perdido la naturaleza académica del Consejo Superior, y que el propio Ministerio de Educación y miembros del CSU han pretendido convertirlo en la arena de controversias jurídicas contaminadas por las tensiones y los intereses políticos nacionales, que han contribuido a aumentar la pugnacidad y avivar la polarización interna”, escribe Mantilla en un texto que publicó en la red social X en el que explica su renuncia.
Agrega que con ese panorama ya no considera posible poder defender la institución “de los evidentes intereses políticos o evitar ya, después de este zarpazo a la autonomía, la toma del CSU que lleva a cabo el Gobierno en asocio con algunos consejeros”.
Mantilla denunció que por su posición ha sido víctima de todo tipo de injurias contra su reputación, que además han causado daño moral a su familia y han acabado con la tranquilidad que antes disfrutaba. “No se tomaron el tiempo de averiguar que no tuve participación alguna en la creación de ninguna de las corporaciones que han salido en medios de comunicación como inmersas en posibles irregularidades. La única en la que, con orgullo puedo ratificar que determiné su creación, fue la que permitió la operación del Hospital Universitario Nacional”, sostiene el exrector.