Contra todos los pronósticos, la reforma constitucional que recorta las vacaciones de los congresistas logró superar siete de los ocho debates requeridos para convertirse en realidad, pero podría hundirse faltándole apenas un debate.

¿La razón? Este jueves es el último día que tiene la reforma para salvarse. Si no es aprobada este 16 de diciembre, cuando finaliza el periodo de sesiones del Congreso, quedará hundida, pues por tratarse de una reforma constitucional no puede discutirse en sesiones extra.

La iniciativa está en el puesto diez del orden del día y, según conoció SEMANA, el senador Santiago Valencia presentará una proposición para modificar el orden del día con el fin de ponerlo más adelante o de lo contrario estaría en serio riesgo de hundirse.

El representante del Centro Democrático Gabriel Santos, autor de la iniciativa, explicó que la reforma propone una reducción de un mes en el receso legislativo, por lo que pasaría de cuatro a tres meses para que haya un periodo de sesiones más extensa y tener una praxis parlamentaria más productiva.

Así mismo, respondió a quienes dicen que su propuesta es populista: “Nada más alejado de la realidad. Esta reforma se presentó por primera vez en 2019, entonces no es un proyecto que se presente con un enfoque electoral, sobre todo porque la demora en la aprobación ha sido ajena a mí. Nosotros lo propusimos no solo como un mensaje para recobrar la confianza en las instituciones, sino también como un ejercicio de equidad material para que los congresistas empiecen a tener regímenes lo más parecidos posibles a los demás ciudadanos. Ya en 2019 se hundió y ahora la demora ha sido de la presidenta de la Cámara, primero en firmarlo y ahora en ponerlo en el orden del día”.

Santos argumentó que esta iniciativa es clave, pues permitirá tener más tiempos para discutir iniciativas clave para el país.

“Muchas de las iniciativas claves para el país en materia de seguridad, pensional o laboral se caen por falta de tiempo para el debate, entonces no solo se trata de mandar un mensaje de equidad, sino de tener sesiones más extensas para discutir a profundidad más iniciativas. Desde 2008, el Gobierno ha citado a sesiones extra en doce oportunidades. Es una prueba de que el tiempo no está siendo suficiente”, dijo el congresista.