Un problema de nunca acabar, pero esta vez, está siendo presenciado por todos los gurús de la infraestructura que se reúnen alrededor del XX Congreso en el tema, donde están los más grandes concesionarios del país y asiste el presidente Gustavo Petro, como uno de los conferencistas centrales.
El corralito de piedra amaneció inundado, tras el fuerte aguacero ocurrido en la noche y, de inmediato, sale a flote su eterno problema: las inundaciones de las vías y el caótico tráfico.
Varios estudios han puesto el termómetro acerca del fenómeno que nadie soluciona. En la ciudad más turística de Colombia hay un precario sistema de drenajes, ya que nunca ha existido un sistema debidamente estructurado.
Intentos de soluciones, pero nada, vuelve y llueve y aparece de nuevo el monumental problema. Lo que se ha intentado, el drenaje de calles canales ha servido, pero solo para áreas pequeñas. El crecimiento de la ciudad tiene algo que ver con la grave situación que espanta a muchos turistas.
Las áreas de drenaje aumentan y demandan impermeabilización del tema, pero nada. La escorrentía parece ganar la batalla por la insuficiente capacidad hidráulica de las calles.
También ha habido fallas administrativas y el interrogante es si algún día cesará la horrible inundación.