El ministro de Justicia, Néstor Osuna, sorprendió al proponer que a los manifestantes violentos no les imputen cargos por concierto para delinquir y terrorismo. Esto a pesar de lo que sucedió, por ejemplo, en el paro del año pasado. Centenares de vándalos encapuchados sembraron el terror en las calles, quemaron palacios de Justicia, asesinaron e hirieron a policías y civiles, acabaron con decenas de locales, destrozaron el MIO en Cali y el TransMilenio en Bogotá. Tras ser capturados, los jueces les imputaron los delitos que ahora Osuna quiere desaparecer por arte de magia. Si eso no es terrorismo y concierto para delinquir, ¿entonces qué es, ministro? Lo que busca Osuna son “penas alternativas”. Sin embargo, si esta semana se demostró que se puede marchar sin vandalismo, ¿por qué premiar a los delincuentes? Una cosa es la protesta y otra es delinquir con impunidad.