Luego de que el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, reiterara el pasado miércoles el interés del Gobierno nacional por comprar la empresa petroquímica Monómeros, que surte al país del 37 % de los fertilizantes, una de las primeras voces en reaccionar fue la del expresidente Iván Duque.
Cabe recordar que, según el Gobierno, la compra del 100 % de la compañía al Estado venezolano estaría por el orden de los 300 millones de dólares. No obstante, también se contemplaría una adquisición por un porcentaje inferior, del 51 o 52 %.
Sobre este tema, desde Washington D. C., el expresidente Iván Duque, en un evento en el Wilson Center, señaló: “A mí me parece muy delicado que una empresa como Ecopetrol, que no solo representa el ahorro de los colombianos, sino que es una empresa listada en los mercados internacionales, esté a punto de hacer una transacción con un régimen dictatorial acusado por narcotráfico, porque puede afectar gravemente el valor de los activos de Ecopetrol y puede quedar en las redes de OFAC, donde se analizan transacciones con el régimen”.
La compañía, inscrita en el sector petroquímico, tiene plantas de producción en Barranquilla (Atlántico) y Buenaventura (Valle del Cauca). En 2021, un año poscrisis para todos por la pandemia, logró ventas por 1,2 billones de pesos, casi 21 % más que en 2020, y su utilidad neta creció 82 %, al ser de unos 60.000 millones de pesos.
Dentro de los productos que se usan en el campo colombiano, provenientes de Monómeros, están los fertilizantes Nutrimon y Ecofértil, lo que ayudó al país a enfrentar el desabastecimiento por efectos de crisis externas, como la guerra entre Rusia y Ucrania, de donde vienen muchos de los abonos y nutrientes para la tierra.
Aunque el porcentaje de fertilizantes que suministra Monómeros al país es entre 37 y 40 %, para Barranquilla la cifra podría ser de más del doble. De hecho, la Cámara de Comercio de la capital del Atlántico mencionó en alguna oportunidad que representaba el 88 % de estos productos. Los cafeteros, paperos y palmicultores prácticamente dependen de la empresa para su producción.