La Plenaria de la Cámara aprobó este martes (23 de noviembre), en el segundo de cuatro debates, el proyecto de ley que establece la gratuidad “universal” en universidades públicas.

Si bien, desde el gobierno anterior se ha venido avanzando en la gratuidad en las instituciones de educación superior públicas, este proyecto amplía el alcance de este programa.

A pesar de que resulta loable este propósito en el que se embarcó el Congreso, ha causado todo un debate el hecho de que en la iniciativa, si bien se da prioridad a la población más vulnerable, también se incluye como beneficiarios a los estratos altos.

“Para los estratos socioeconómicos 4, 5 y 6 se aplicará lo dispuesto en el primer inciso, siempre que demuestren la incapacidad económica”, indica el proyecto.

Esto, en pocas palabras, implica que si un joven que pertenece a un estrato alto logra demostrar que tiene “incapacidad económica”, podría acceder a la gratuidad en la educación.

El tema ha generado todo un debate, pues hay quienes consideran que esta es una medida “regresiva”, pues implicaría quitarle (en el presupuesto de la Nación) a los que menos tienen para darles a los que más tienen. Esto teniendo en cuenta que quienes vienen de colegios privados de alta calidad generalmente son los que logran pasar con mayor facilidad para ingresar a la universidad.

“La matrícula cero aprobada en la Cámara es una gran noticia, pero en Senado deberán eliminar eso de ‘para todos los estratos’. Por supuesto que las personas con ingresos económicos altos no deben ser subsidiadas. Los recursos deben focalizarse en quienes más lo necesitan”, expresó la representante Catherine Juvinao.

Según lo aprobado en el proyecto, el concepto de gratuidad no aplica solo para la matrícula, sino también a otros conceptos como los costos de inscripción, derechos de grado y subsidio de sostenimiento, incluyendo criterios mínimos de alimentación, transporte, y residencia universitaria.

La iniciativa pasa ahora a manos del Senado de la República, donde deberá superar dos debates más para convertirse en ley.