La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en su informe “El Desafío Social en Tiempos del COVID-19” avisa que la pobreza, pobreza extrema y desigualdad aumentarán en la región por cuenta del coronavirus. Por ejemplo, para el caso de la población en situación de pobreza extrema, Colombia podría pasar de 10,3% actual a 12,7%. Es por ello que las personas deben prepararse para una reducción en sus ingresos y por ende disminuir riesgos.

Si usted cree que se puede quedar sin trabajo, incluso si no, Financiera Progressa presenta estas recomendaciones, con las cuales podrá amortiguar el posible impacto negativo de la pandemia.  Reduzca los gastos que no son vitales: suscripciones y membresías que no esté usando o que no sean necesarias, no haga compras por internet, prepare sus alimentos puesto que los domicilios siempre son más costosos y haga un uso moderado de los servicios públicos. Haga un seguimiento juicioso de sus gastos diarios y de sus ingresos. Esto le servirá para tener un control eficiente de sus ingresos y egresos reales y a recortar gastos elevados. Mantenga un control de sus obligaciones financieras (planes de telefonía, tarjetas de crédito y demás). Revise cuáles de ellos son los más urgentes e inaplazables, así como los que puede renegociar. Esto le servirá para controlar sus obligaciones y mantenerse al día. Si usted ha continuado recibiendo su salario de forma normal, haga un pago normal de sus obligaciones. Esto será importante para mantener su  historial crediticio. No tome alivios financieros que no necesita. Aproveche que tiene estabilidad para mantener sus finanzas sanas. De hecho, podría plantearse un aumento en sus niveles de ahorro. Si por el contrario usted está desempleado o hace más de un mes que no tiene ingresos, tome estas recomendaciones: No evada sus deudas. Si por su situación ha incumplido sus obligaciones, busque espacios de negociación y conciliación de deuda. Haga uso de los espacio habilitados para este fin tanto por parte del gobierno como de las entidades. Mantenga únicamente los gastos vitales: arriendo, servicios, alimentación, salud, educación o créditos. Realice un presupuesto con  base en sus ahorros, cesantías y demás fondos. Prevea mínimo 6 meses. Esto le ayudará a mantener las necesidades principales cubiertas. Controle al máximo sus gastos en servicios públicos para disminuir su valor. Por último, para la consecución de un nuevo trabajo, revise su hoja de vida, optimícela. Busque trabajo en los sectores que en este momento más requieran personales y apóyese en una red de contacto, aplicativos y páginas de empleo. La contingencia no será eterna, hay que mantener el buen ánimo y el optimismo.