Warren Buffet es uno de los empresarios e inversionistas más reconocidos a nivel mundial, por lo que sus consejos son muy apreciados por emprendedores e inversores. La vida del magnate ha girado en torno a las inversiones y al dinero durante décadas. Sin embargo, cuando se trata de definir el éxito Buffet elige no usar los números ni la riqueza y, por el contrario, escoge el amor, "Mido el éxito por la cantidad de personas que me aman", afirma.  En la biografía de Alice Schroeder sobre Buffett, "La bola de nieve: Warren Buffett y el negocio de la vida", la autora escribió sobre una época en la que Buffett dio una presentación en la Universidad de Georgia. Los estudiantes le preguntaron sobre su definición del éxito. “Cuando te estás acercando al final de tu vida, tu única medida de éxito debería ser la cantidad de personas que quieres que te amen y que realmente te aman", respondió.

Así, para el multimillonario estadounidense, la cantidad de amor que recibes, y no las riquezas que posees ni tus logros, es la medida máxima del éxito en la vida. Y, como el amor no se puede comprar, la única forma de obtener amor es darlo, cuanto más amor se da, más se obtiene.  Estos son algunos de los consejos de Buffet para ser exitoso. Dar y recibir A pesar de que el amor es una de las emociones que debería dirigir el mundo, en la sociedad actual rige el individualismo.  Muchas veces se piensa solo en los proyectos, inversiones, en la fama y la fortuna; dejando de lado aspectos importantes como la familia, los amigos, y el darse a los demás.  "El problema con el amor es que no está a la venta", afirma Buffet. “La única forma de conseguir amor es amando. Es muy irritante tener mucho dinero. A la mayoría le gustaría pensar que podría escribir un cheque: compraré un millón de dólares en amor. Pero no funciona de esa manera. Cuanto más regalas amor, más obtienes ".

Sea desinteresado y no espere nada a cambio Como lo menciona Buffet, las leyes del amor son recíprocas. Cuando se elige amar a alguien de manera desinteresada, el amor regresa a través del respeto, la confianza, la admiración y la lealtad.  Sea empático La empatía es uno de los rasgos comunes de las personas amables y amadas, pero la verdadera empatía se logra cuando se es capaz de ponerse en los zapatos del otro y ver el mundo desde su perspectiva.  Además, la empatía juega un papel importante en el desempeño de una persona, sobre todo en el trabajo en equipo.  De hecho, un estudio hecho a más de 15.000 líderes de 20 industrias diferentes encontró que la capacidad de escuchar y responder con empatía permite que un equipo de trabajo tenga mejores desempeños. 

Haga que el trabajo sea agradable y divertido En promedio, pasamos el 30% de nuestras vidas trabajando y por ello, cuando se es capaz de disfrutar el trabajo, se puede disfrutar la vida.  En la biografía de Buffet que hizo la autora Carol J. Loomis, el magnate mencionó "Amo todos mis días. Quiero decir, bailo tap aquí y trabajo solamente con personas que me gustan. No hay trabajo en el mundo que sea más divertido que dirigir Berkshire, y me considero afortunado de estar donde estoy ". Así, es importante trabajar rodeado de una cultura organizacional agradable y positiva en la que hay personas que comparten los mismos valores, creencias y normas, con las que agrada trabajar.  Seguir aquello que le apasiona Si tiene como una de sus metas el conseguir la carrera de sus sueños, siga su pasión. Muchas personas dan por sentado sus trabajos y se quedan en su zona de confort por la seguridad laboral. Sin embargo, como seres humanos, hacer lo que amamos es un factor importante para alcanzar la verdadera felicidad. Entonces, si no sabe cuál es su pasión, es hora de averiguarlo.

Trate a los demás como ellos quieren ser tratados De niños nos enseñaron la regla de oro: "trata a los demás como quieres que te traten a ti". Pero Warren Buffet lleva esta regla a otro nivel, afirmando que debemos tratar a los demás como ellos quieren ser tratados.  Cuando seguimos esta regla, podemos estar más seguros de que estamos respetando lo que los demás quieren, en lugar de proyectar nuestros propios valores y preferencias.