Las cuentas de ahorro y las cuentas corrientes son los productos clásicos con los que los bancos reciben dinero del público, pero también se han desarrollado, entre otros, las cuentas de trámite simplificado, ahorro programado, las cuentas de ahorro y fomento a la contrucción (AFC) y los certificados de depósito a término fijo (CDT). Conozca la gran variedad de productos de captación que existen en la actualidad. Productos de captación  Cuenta de ahorro  Es un producto que le permite depositar su dinero y recibir interés por él, usualmente tan bajo que ni lo notará, pero que le brinda la opción de contar con los recursos de manera rápida y fácil por los canales establecidos por el banco.  Por lo general, le cobrarán cuotas de manejo por la cuenta y/o por el uso de la tarjeta débito. No todos los bancos cobran estas cuotas, pero estas se ubican entre los $3.000 y los $12.550 al mes, según se puede consultar en la Superintendencia Financiera de Colombia.  Algunos bancos cobran cargos adicionales por transacciones o consultas, dependiendo del canal que use. Recuerde que puede pedir a su banco marcar una cuenta como exenta del 4X1.000 mientras no movilice más de $11.994.500 al mes. Cuentas de ahorro de trámite simplificado Los bancos también ofrecen cuentas de ahorro de trámite simplificado, conocidas como CATS, que usted puede abrir fácilmente, incluso sin saldo y sin pagar ni 4X1.000 ni los costos por manejo o transacciones mencionados. Eso sí, tendrá que cumplir unos requisitos como que el saldo máximo en ningún momento exceda los ocho salarios mínimos legales vigentes ($6.624.928) y que las operaciones débito no superen tres salarios mínimos al mes ($2.484.348).  Cuenta de ahorro programado En esta cuenta usted pacta con el banco una meta específica de depósitos con el fin de alcanzar un monto en un plazo definido. La rentabilidad es más alta que en una cuenta normal, pero en caso de que usted requiera el dinero antes de la fecha programada, posiblemente tendrá que pagar una penalidad.  Cuenta de depósito electrónico  Con estas cuentas no hay tarjeta débito y no se generan costos como cuota de manejo. Las transacciones se realizan a través del teléfono móvil. Son muy usadas para hacer giros nacionales, ya que permiten realizar retiros en cajeros automáticos, sin necesidad de tarjetas. No pueden tener saldo ni hacer transacciones por montos superiores a tres salarios mínimos al mes ($2.484.348).   Cuenta corriente   Son cuentas en las que personas naturales y jurídicas depositan dinero y no generan ningún interés, pero tienen condiciones como la opción de tener un cupo de sobregiro (aún sin recursos en la cuenta, podrá usar un dinero extra hasta un tope establecido previamente. Ese restante se cobrará como un crédito). También tiene la opción de chequera. Por lo general las cuotas de manejo y los cobros por transacciones son más altos que en las cuentas de ahorro.  Cuenta  de ahorro para el fomento a la construcción (AFC) Las cuentas de ahorro para el fomento a la construcción están diseñadas para incentivar que usted adquiera vivienda. Por ello, al guardar su dinero obtiene beneficios tributarios en retención de fuente y renta, siempre que los aportes no superen el 30% de su ingreso laboral al año o un máximo de 3.000 UVT ($96.810.000). La cantidad que usted consigna al mes se acuerda con la entidad financiera y puede ser descontada directamente de su salario, si así lo desea.   Certificado de depósito a término fijo (CDT) Son productos para ahorrar e ir a la fija: usted mete un monto determinado a unos plazos fijos como 90, 180 o 360 días y al llegar esa fecha, el banco le devuelve su plata más unos intereses que le informarán al momento de la apertura. Según el Banco de la República, estos intereses estaban cercanos al 5% en CDT con vigencias a septiembre 2019.   Hoy varios bancos permiten abrir este producto desde el portal web, con una rentabilidad un poco más alta y el gran beneficio de evitarse el riesgo que representa extraviar el papel del certificado (que le traería muchos dolores de cabeza) y el desplazamiento a la oficina de apertura en máximo cinco días calendario posteriores al vencimiento. 

Productos de colocación  Los créditos que tienen los colombianos están divididos en cuatro modalidades: microcrédito (destinado a financiar pequeñas y medianas empresas con un tope máximo); comercial (solicitado por empresas para financiarse sin tope); vivienda (hipotecario y leasing) y consumo (libre inversión, libranza, rotativo, vehículos y tarjetas de crédito).  A continuación, le explicamos las generalidades de los productos de colocación más comunes:  Crédito de vivienda  Financia la adquisición, construcción o remodelación de vivienda. Acá se encuentran el crédito hipotecario y el leasing habitacional.  Crédito hipotecario Es un préstamo de largo plazo (normalmente de hasta 15 ó 20 años), que puede financiar hasta el 70% del precio de la vivienda si es NO VIS (No es de interés social) o el 80%, si lo es. La tasa de interés suele ser de las más bajas del mercado, entre otras razones, porque la deuda está respaldada por una hipoteca sobre la vivienda, es decir, si usted deja de pagar, el banco puede quedarse con el inmueble.  La deuda puede estar en pesos, lo que le permitirá tener una cuota fija o en UVR (tasa certificada por el Banco de la República que se mueve por la inflación). Leasing habitacional  Es la otra opción para adquirir vivienda si no tiene el 100% de la plata para pagar el inmueble que quiere. No hay restricción normativa en el monto por financiar, pero difícilmente le prestarán para más del 80%.  Con esta figura, que es un “arrendamiento financiero”, usted pagará una mensualidad por un tiempo determinado (hasta 20 años) y al finalizar, puede ejercer la opción de compra que acordó, quedando el inmueble a su nombre.  Entre las ventajas está que al ser el inmueble del banco no afecta su patrimonio para declarar renta y entre las desventajas, que los gastos de escrituración hacen poco probable que pueda beneficiarse de migrar a una tasa de interés más baja con una compra de cartera. Tarjetas de crédito  Medio de pago que le permite comprar hoy y pagar, usualmente, hasta en 36 cuotas. Es tener un crédito aprobado en su bolsillo por el cupo que le haya otorgado el banco. Ideal para aprovechar ofertas y quizá salir de apuros sin mayor trámite.  Pero tenga cuidado, tiene una tasa de interés alta, cercana al limite de la tasa de usura, que para octubre de 2019 estaba en 28,65% EA. Además, es normal que tenga otros costos asociados como cuotas de manejo o pago de seguros.  Crédito de libre inversión Entre las ventajas están la libertad para usar los recursos y que la tasa de interés es fija. Normalmente se puede encontrar en plazos de seis a sesenta meses, según la entidad. Los intereses también suelen ser altos, aunque un poco por debajo frente a los de su tarjeta de crédito.  Crédito de libranza    Este crédito tiene la particularidad de que usted como empleado, pensionado o independiente, autoriza a su empleador o entidad pagadora, a realizar el descuento de la cuota acordada directamente de su salario o mesada. En ningún caso podrá ser superior al 50% del neto que recibe. Tiene una de las tasas más bajas entre la modalidad de consumo.  Crédito para vehículo  Es la opción para financiar la compra de un vehículo nuevo o usado. Las tasas suelen ser menores porque el vehículo que compre será garantía para el banco, en caso de que usted se cuelgue con el pago.  Normalmente tendrá que aportar el 30% del valor del vehículo, aunque si compra un usado, la antigüedad del vehículo no podrá ser mayor a seis años y esa cuota inicial subirá al 40% o el 60%, según la entidad.  Crédito rotativo  Es un cupo que le aprueban y está atado a su cuenta corriente o de ahorros, del cual usted podrá disponer, total o parcialmente, cuando lo necesite. La deuda se diferirá automáticamente a 36 meses y los intereses se cargarán de manera diaria.

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