Aunque la independencia financiera es una señal clara de madurez y de haber llegado finalmente a la edad adulta, cada vez más personas que bordean los 30 años y tienen empleo sigue viviendo con sus padres y, sobre todo, dependiendo económicamente de ellos. En Colombia, el compartir la vivienda con los progenitores durante y después de la universidad no es mal visto, pero en Estados Unidos es considerado como un retroceso. Lo que sí preocupa en ambos países, es el hecho de que los padres deban seguir manteniendo a sus hijos. Esta situación llevó al banco Merrill Lynch a realizar un estudio sobre el comportamiento financiero de los adultos jóvenes. Encontró que 70% de este grupo poblacional, al menos en Estados Unidos, recibe apoyo financiero de sus padres y 58% de los jóvenes de 18 a 34 años aseguran que no podrían pagar su estilo de vida sin la ayuda de mamá y papá. Estiman que, en total, los padres gastan más de US$500 mil millones cada año en sus hijos adultos. 

El banco descubrió además que cuando estos hijos llegan a los 30 años, los hombres dependen más del apoyo financiero de sus padres que las mujeres. Menos de la mitad de las mayores de edad de poco más de 30 años reciben dicha ayuda en comparación con 62% de los hombres. Cuando tienen entre 18 y 24 años el porcentaje de dependencia es igual para ambos sexos. Una de las razones para que los y las jóvenes hoy se demoren en obtener su independencia financiera está en sus créditos educativos. Se estima que en Estados Unidos esa deuda alcanza US$1,6 millones, 500% más de lo que había en 2003 y, paradójicamente, las mujeres tienen más acreencias de este tipo que los hombres. Ellas hoy son mayoría en las universidades, sin embargo, cuando empiezan a devengar su prioridad está en pagar el crédito educativo o ahorrar para el futuro más que en gastar. Por el contrario, hay una mayoría de hombres adultos que sienten que sus primero sueldos son para disfrutar en las actividades que les gustan y la segunda prioridad son los créditos o el ahorro. Según el estudio de Merrill Lynch, 40% de los hombres adultos jóvenes estadounidenses tienen como prioridad disfrutar de su vida, frente al 28% de las mujeres. Para 72% de ellas su principal prioridad financiera es ahorrar para el futuro o pagar deudas frente a 60% de los hombres. Los padres, al parecer, no están molestos con esta situación.  Aquellos que siguen manteniendo a sus hijos dicen que lo hacen para ayudarlos a salir adelante y entre los jóvenes que reciben esa financiación hay más agradecimiento que culpa. Eso sí, 89% de quienes aún dependen de sus padres dicen estar dispuestos a apoyar a sus progenitores en el futuro.  

El inicio de la adultez es un período de exploración y autodescubrimiento, un momento emocionante en el que los jóvenes, muchos recién egresados de la universidad, se preguntan por sus metas y valores y sobre cómo será su vida futura. "Ocho de cada diez adultos jóvenes dicen que tienen más opciones que las generaciones anteriores para determinar quiénes serán en el futuro, pero también que en esta época es más difícil llegar a ser financieramente independiente de lo que fue para las generaciones anteriores", concluyen en Merrill Lynch.