SEMANA: ¿Quiénes hacen parte de la Alianza por el río Bita?Germán Andrade: Las autoridades militares de Puerto Carreño, la Gobernación del Vichada, la Fundación Pedregosa, las fundaciones Orinoquia y Omancha, WWF y el Instituto Humboldt, por ahora.SEMANA: ¿Qué similitudes hay entre el trabajo de esta alianza y lo logrado con la sentencia T-622 que protegió al río Atrato?G.A: Son dos caminos diferentes que apuntan hacia un mismo objetivo. A nosotros nos une la decisión voluntaria de lograr la conservación del Bita por medio de una figura que se llama ‘Los amigos del río’. Mientras que la decisión de la corte sobre el Atrato no es voluntaria, es obligatoria. Al final lo que buscamos ambas partes es que se conserven los valores ecológicos, sociales y culturales de estas fuentes hídricas. Sin embargo, son dos vías con fundamento jurídico diferente.SEMANA: ¿Cómo nació el proyecto ‘Río Bita, río protegido’?G.A: Se originó con un artículo científico que escribí hace unos años, en el que manifestaba que en Colombia existe un vacío normativo sobre la conservación de la integridad ecológica de los ríos. Estos no son objeto frente a la ley, su complejidad ecológica y social no está protegida. Y eso mismo dice la corte que, desde otra interpretación, está señalando que ese vacío existe.SEMANA: ¿Cuáles han sido los logros de esta alianza?G.A: Los principales son el conocimiento, el generar conciencia y la organización social. La alianza arrancó con el apoyo que obtuvo la Gobernación del Vichada con el sistema de regalías, de esa manera avanzamos para conocer a fondo la biodiversidad del río. Logramos entender sus aspectos sociales y cuáles son los elementos que mantienen la integridad ecológica en un espacio que es el proceso de transformación con la altillanura.SEMANA: ¿Cree que este modelo debe replicarse en el país para la protección de los recursos naturales?G.A: Habría que hacer una aclaración. Los recursos naturales sí están amparados por la ley, lo que está fuera del amparo es la integridad ecológica de los ríos, que es un concepto diferente. Nosotros creemos que existe un vacío normativo. No pretendemos que este modelo se pueda aplicar a todos los ríos del país, pero sí a su conjunto más representativo. Ellos deben estar cobijados bajo la figura de ‘río protegido’, necesaria para la conservación de la biodiversidad de Colombia que, hasta ahora, se ha centrado en los ecosistemas terrestres, selvas y páramos, pero no en sus fuentes hídricas.