CATALINA RUIZ-NAVARRO: ¿Cree que existe un estilo particular en la moda de las mujeres de Barranquilla? NINA GARCÍA: La globalización y las redes sociales han disuelto los límites entre los países. Esos fenómenos, por supuesto, han sido muy influyentes en la moda, así que hoy hablamos de un estilo global. Las tendencias que traspasan fronteras y la lucha por los likes en el mundo digital han hecho que, en líneas generales, el estilo se uniformice. Sin embargo, yo creo que aún podemos hablar de un estilo hecho en Colombia. Nuestro país es pasión, color y artesanía. Y así se reconoce en el exterior. Es apasionante ver las creaciones de los diseñadores colombianos pasearse por las calles de París, Milán o verlas exhibidas en las ventanas de Bergdorf Goodman, en Manhattan. C.R.N.: En su libro, ‘The Little Black Book of Style’, cuenta que creció rodeada de mujeres vibrantes y seguras de sí mismas. ¿Cómo describiría ese sentido de la feminidad y de confianza del que habla? N.G.: El mejor estilo que uno puede tener es la seguridad en sí misma. Una mujer que cree en ella no tiene miedo de mostrarse y enfrentarse al mundo tal como es. La moda es un lenguaje muy poderoso que le transmite esa señal de identidad, ese mensaje personal, al mundo. C.R.N.: ¿Cómo podemos tener esa confianza en nosotras en un mundo que constantemente nos pone a dudar de lo que representamos? N.G.: Las dudas hacen parte de nuestro paisaje. Incluso del mío. Yo creo que lo más importante es escuchar nuestras dudas, pero sin obsesionarnos con ellas. La búsqueda del estilo propio es un camino lleno de incertidumbres. Pero es un viaje cuyo destino se escribe día a día. C.R.N.:¿Hay alguna mujer barranquillera que la inspire con su estilo? N.G.: Por supuesto, mi madre ha sido la persona que más me ha inspirado. Siempre he dicho que en el armario de ella comenzó mi pasión por la moda. Y después, claro, está mi amiga Silvia Tcherassi. ¡Es un ejemplo de talento y elegancia ‘made in Barranquilla’! También le puede interesar: ¿Qué tienen las barranquilleras? C.R.N.: Usted ha dicho que con el tiempo se ha dado cuenta de la importancia de sus raíces colombianas, ¿cree que eso la diferencia de otras mujeres de la industria de la moda? N.G.: Ser colombiana me ha dado un punto de vista distinto, un conocimiento que aún no estaba en la industria cuando empecé en ella. Yo entendía este mundo de una manera muy diferente a como lo comprendían o interpretaban las otras editoras de moda. Por ejemplo, nunca le tuve miedo al color o a los estampados. C.R. N.: ¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene de Barranquilla? N.G.: Los momentos que compartí con mi familia. Me fui de la ciudad cuando tenía 15 años, pero las memorias siguen latentes. Ese amor y esa forma de celebrar con los nuestros es precisamente lo que quiero traspasar a mis hijos. Cada año intentamos ir dos veces a Barranquilla. Nos encanta Colombia, su música, el color que se ve en cada esquina y su naturaleza. Después de tantos años, en cada visita encuentro algo que me sorprende y que antes no conocía. C.R.N.: ¿Cuándo fue la última vez que visitó Barranquilla? N.G.: Durante la semana de Acción de Gracias del año pasado, en noviembre. C.R.N.: ¿Y la última vez que fue al carnaval? N.G.: La verdad es que hace mucho tiempo que no puedo ir al carnaval, porque justo coincide con las semanas de la moda. Lea también: Cocina Incluyente para emprendedoras C.R.N.: Pero aún debe tener recuerdos de esta fiesta, ¿qué es lo que más disfruta? N.G.: Me encanta ver la explosión de cultura, de color, de música y de alegría. ¡Ojalá esta felicidad y optimismo por vivir perdurara todo el año! C.R.N.: ¿Cuáles son los cambios de la capital del Atlántico que más la han sorprendido? N.G.: Barranquilla ha cambiado tanto. Y su transformación ha sido tan positiva. Ahora es una verdadera ciudad. Una que puede organizar eventos tan lindos como los Juegos Centroamericanos y del Caribe. ¿Y qué decir del nuevo malecón? ¡Una auténtica belleza! *Periodista y columnista.