La minería de carbón es un pilar fundamental de la economía boyacense. Basta con recordar que sus 850 unidades productivas ofrecen opciones de empleo digno a 14.000 trabajadores operativos y a cerca de 1.000 profesionales de diferentes ramas.Además, el sector se ha caracterizado históricamente por su generosa redistribución de ingresos, con sueldos que hoy oscilan entre los 2,5 y 4 salarios mínimos legales vigentes.Esto es posible, en parte, porque los titulares mineros se han asociado en las cooperativas Coominboy, Cooprocarbon Samacá, Coagromin, Coincarboy, Cooprocarbon Sugamuxi, Cooproiza, Cooproval, Coointratop, Coomitramon y Carbopaz o han tomado el camino de la organización empresarial.Según las cifras de la Federación Nacional de Productores de Carbón (Fenalcarbón), Boyacá produce alrededor de 4 millones de toneladas del mineral, de las cuales la mitad se transforma en coque, una industria que aporta más de 4.000 empleos adicionales en su producción y transporte. Solo en 2017, este sector generó un flujo económico de más de 1 billón de pesos en el departamento y fue el recurso minero que mayores impactos tuvo: contribuyó al fisco nacional con 19.500 millones en regalías y cerca de 50.000 millones en renta, impuestos locales, sobretasas, entre otros campos.Estas cifras han sido el resultado de la gestión de muchas empresas que, por sus valiosos aportes deben ser nombradas: C.I. Milpa, Carbones Andinos, Coquecol S. A., C.I. Prodyser, Francoal, Carbones Montiel, Lidiar S.A.S. Agrocoal, Minas Rukú, Sociedad Los Pinos, Mineralex Ltda., Minercóndor, Carbones San Patricio, Energy Coal, Bulk Trading Ltda., G&G Minería S.A.S, Minas El Cielo, Minas Ventanas, Carbopaz, Sanoha Ltda., Carbones Zárate, Carborío, Colminer, Carbones Paz de Río, Carbosocha S.A.S., Carbones M.C., Carboriver S.A.S., Minas California, Minerales Santa María, Semco, Colombian Coal S.A., Cooprocar S.A.S. y Minerales Suamox.Práctica ancestralPor el páramo de Pisba pasó el ejército libertador de Simón Bolívar en 1819. Lo que se conoce como el Paso de los Andes fue una hazaña militar que permitió burlar a las tropas españolas. Con la arriesgada apuesta, el general salió victorioso en las batallas del Pantano de Vargas y del Puente de Boyacá, así se hizo posible nuestra independencia.Casi 200 años después, esta zona vuelve a ser protagonista. “Aunque hay una importante área de páramo con títulos mineros, solo una pequeña proporción cuenta con instrumento ambiental. Sin embargo, durante la bonanza de precios (entre 2007–2008 y 2011–2012), hubo una serie de explotaciones ilegales de yacimientos en sectores del páramo, que afectaron negativamente la imagen de esta actividad productiva”, explica Gabriel Chiquillo, director ejecutivo de Fenalcarbón Boyacá.Es por eso que Fenalcarbón, reconociendo que en el territorio boyacense la minería y el agro siempre han sido actividades complementarias, se ha planteado el objetivo de proteger al páramo de Pisba, un escenario con décadas de tradición minera. Para lograrlo pondrá en marcha, en agosto de este año, el Fondo Privado de Sustentabilidad de la Industria del Carbón.Durante el último siglo, las tierras paramosas entre los 3.000 y 3.500 metros sobre el nivel del mar permitieron la explotación agrícola de cultivos de papa, cubios, rubas, ibias y habas. En las décadas del sesenta y setenta, la economía migró del sector agropecuario al de metales, luego del establecimiento de Siderúrgica Nacional de Paz del Río como la empresa generadora de empleo más grande de la región. En el decenio siguiente, y con una disminución en la producción de la empresa, los habitantes pasaron a un modelo más tradicional de pequeñas unidades productivas, aunque las inclemencias del clima y la dureza de la actividad hizo que, hacia los años noventa, estos productores se retiraran del páramo.La extracción de carbón ha sido ancestral en la provincia de Sugamuxi; tradicional en las provincias del Centro y Valderrama, con Samacá, Socha y Tasco a la cabeza.Chiquillo explicó que el fondo se alimentará de un porcentaje de la transacción comercial de carbón para garantizar la sustentabilidad del sector y se enfocará en cuatro ejes: socio ambiental, solidaridad intersectorial, educación y desarrollo productivo y seguridad minera. De esta forma, Fenalcarbón busca honrar el pasado heroico del territorio y generar un impacto positivo en todas las regiones, reconociendo que en algunas, como la provincia de Sugamuxi, la minería de carbón ha sido una práctica ancestral y tradicional.