Durante dos años, un grupo de investigadores de la Universidad de La Guajira trabajó largas jornadas en la construcción de los ‘Lineamientos para el Ordenamiento Territorial Costero y Marino de La Guajira desde la Diversidad Cultural’. El trabajo se llevó a cabo en 17 puntos de la costa guajira e incluyó a los municipios de Dibulla, Riohacha, Manaure y Uribia.
Este consistía en “visitar a las comunidades, consultar con ellas las formas tradicionales de usar su territorio y conocer las prácticas que desempeñan en él”, explica Alexis Carabalí, director del proyecto. Esto permitió evidenciar las principales problemáticas: escasez del agua y deficiencias en su calidad, sequías, una aguda crisis migratoria por la afluencia masiva y constante de venezolanos en busca de mejores oportunidades, hambre y desnutrición. A partir de estos hallazgos se definieron tres principios y diez lineamientos de ordenamiento territorial para darles solución a estas problemáticas.
El primer principio establece que la zona costera y el mar que baña las playas de La Guajira deben ser una zona de protección cultural y ambiental, no solo por la presencia de comunidades indígenas y afro, sino porque es la reserva piscícola del Caribe. El segundo, consiste en asegurar que la población costera tenga acceso a agua potable; y el tercero, establece que la actividad empresarial en la costa Guajira debe ser ambientalmente sostenible y socialmente responsable. Para esto es necesario optar por un desarrollo empresarial que tenga en cuenta a las comunidades como potenciales socias de los negocios que surjan.
Martha Castellanos, coordinadora del trabajo biofísico de la investigación, advierte que “los ordenamientos marinos y costeros, por lo general, se realizan desde el punto de vista de los ecosistemas y de la riqueza de los recursos naturales. En este caso, las comunidades locales son los actores principales”.
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