Detectar el nombre científico de un ave a partir de detalles tan específicos como la forma de su pico o los colores de sus plumas parece ser un talento del que solo eran dueños los más expertos ornitólogos. Sin embargo, ahora lo puede hacer todo el mundo gracias a una aplicación desarrollada por Gabriel Ángel y Leandro Vargas, de la vereda La Herrera. Estos dos forjaron su amistad haciendo justamente eso, mirar las aves de Jardín. Pero no lo hicieron solos. Contaron con el apoyo de un grupo del Sistema de Investigación, Desarrollo Tecnológico e innovación del Sena (Sennova), liderado por John Fredy Escobar. Con este trabajo en equipo se creó Cotinga, un aplicativo disponible para teléfonos Android, que es la herramienta ideal para novatos y expertos en la observación de aves. Cotinga reúne 282 especies de aves presentes en La Herrera y permite identificar avistamientos, reproducir una biblioteca de trinos y categorizar cada ave según su especie. El nombre y el logo de la aplicación hacen referencia a una familia de aves del trópico llamada cotingidae, a la que pertenece el gallito de roca, ave emblemática de Jardín. Esta ‘app’ no es la única diseñada para el avistamiento de aves en el país. La primera fue AvistApp –creada en Medellín–, después Cotinga y, posteriormente, Merli, a nivel nacional. Lo que diferencia a Cotinga es que funciona sin necesidad de conexión a internet, muestra las rutas de Jardín (un territorio rural) y es replicable, es decir, puede diseñarse para cualquier otra región del país. Los primeros trinos Cuando Jhon Fredy Escobar pensó en esta ‘app’ tuvo en mente la posibilidad de generar un encuentro con la biodiversidad del municipio y promover así una forma de turismo sostenible. Es un proyecto en el que la generación de conocimiento es transversal, tanto para los miembros de la comunidad que han asumido el rol de guías, como para los turistas que la han usado en recorridos. Los integrantes del grupo de Sennova, junto con los habitantes de La Herrera, se presentaron a la convocatoria ‘Ideas para el cambio Bio 2016’, de Colciencias, en alianza con el Sena, que buscaba apoyar procesos de apropiación social de ciencia, tecnología e innovación (CTeI) para implementar soluciones de retos nacionales mediante el trabajo colaborativo entre expertos en CTeI y organizaciones comunitarias. La elección de La Herrera para la elaboración de este proyecto no fue un asunto fortuito. Este lugar es un corredor estratégico para la observación de aves, su territorio hace parte del área de conservación de especies como el gallito de roca o el loro orejiamarillo, una especie endémica. Además, los observadores de la comunidad han documentado más de 400 especies de aves que habitan la región. Al presentarse a la convocatoria ya contaban con lo principal: fotografías de alta calidad, rutas de los avistamientos y grabaciones de los cantos. Solo faltaba conectar a los líderes de la vereda con la implementación de la ‘app’, que fue financiada con recursos de la convocatoria y tuvo el acompañamiento científico de la ornitóloga Ana María Castaño. Este grupo estaba constituido por agricultores y amas de casa. Los líderes de ese entonces, David Buitrago y Cecilia Alarcón, vieron en este proyecto una oportunidad para incrementar el turismo rural. Tras ganar la convocatoria de ‘Ideas para el cambio’ se llevaron a cabo talleres, exposiciones y salidas de campo. Ahora el futuro de la ‘app’ depende de que esta comunidad, conformada en su mayoría por personas mayores, se organice para explotarla en todo su potencial.