Ante una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo con el covid-19, el miedo es inevitable. Sin embargo, ahora más que nunca, es momento de aferrarse a la esperanza y a la certeza de que, unidos, saldremos adelante. De eso está convencido el Grupo Amarilo, que, aunque reconoce la gravedad de lo que está sucediendo, hace un llamado al positivismo y a la confianza en la solidez del país. La misma historia de la compañía es prueba de que no hay objetivos imposibles ni obstáculos suficientemente grandes como para no alcanzarlos. Por décadas, Amarilo ha trabajado con esmero en ser el socio local ideal para grandes inversionistas extranjeros. Y lo ha conseguido. Hoy, el grupo cuenta con una amplia trayectoria y experiencia en el sector objetivo y son aliados que canalizan las inversiones a través de fondos con estructuras de alineación de intereses a largo plazo y que reducen su riesgo de inversión. El Grupo Amarilo ha logrado conjugar exitosamente en los últimos años esos factores convirtiéndose en un objetivo de inversión atractivo. En el 2019, logró cerrar un nuevo fondo de capital privado con compromisos de inversión por 300 millones de dólares de inversionistas institucionales que incluyen fondos de pensiones, compañías de seguros, fundaciones y oficinas de familia. Con ello Amarilo podrá contar con una fuente sólida de recursos para invertir en proyectos residenciales a gran escala y proyectos de uso mixto. Finalmente, estas cifras positivas se traducen en el mejoramiento de las condiciones de vida y el bienestar de los colombianos, quienes se benefician a través de la construcción de grandes proyectos urbanísticos en los que se integran servicios de salud, recreación, educación y vivienda. Es decir, múltiples beneficios y oportunidades en un mismo lugar. En palabras de Roberto Moreno, presidente de Amarilo, “nuestra principal estrategia de inversión ha sido la preservación de capital para éxito compartido a largo plazo, bajo la promesa de alinear las expectativas con la realidad. Nuestro éxito se debe a que la relación con los inversionistas es de cercanía, confianza, respeto, transparencia y mejora continua. Mantenemos abiertos siempre los canales de comunicación con ellos para transmitir toda la información relacionada con los proyectos, tanto las buenas como las malas noticias”. Así mismo, para generar credibilidad, Amarilo cuenta con un equipo que trabaja rigurosamente en cada proyecto y solo con algunas firmas con experiencia internacional, que han sido sus aliadas desde hace más de una década. Todas estas características de su modelo de negocio han sido fundamentales en los últimos años. Pero, según Moreno, serán aún más determinantes en la coyuntura económica que genere –a corto y mediano plazo– la pandemia del covid-19. Su certeza se basa en la confianza compartida que Amarilo ha venido construyendo con sus inversores y la sinceridad a la hora de hacer negocios. Con esa misma seguridad, el grupo ratifica su compromiso por continuar trabajando bajo su premisa de confianza, pues el Grupo Amarilo cree firmemente en que será posible lograr superar este reto y salir fortalecidos como sociedad, esperando volver a nuestra cotidianidad muy pronto para seguir apostándole al desarrollo de su actividad en un marco de sostenibilidad con sus tres ejes fundamentales: acompañamiento social a las comunidades donde construye proyectos, el cuidado de los recursos naturales y el bienestar de sus colaboradores para contribuir a su desarrollo personal y profesional. Hoy más que nunca, Amarilo reafirma su misión de construir comunidades sostenibles, impulsar el liderazgo positivo y generar movilidad social a través del desarrollo de ‘ciudades dentro de la ciudad’. Lea también: ¿Cómo mantener las empresas a flote sin recurrir a despidos en tiempos de crisis?