Los territorios más afectados por el conflicto buscan nuevas estrategias que los ayuden a recuperarse de los traumáticos eventos que vivieron, a rehacer el tejido social y superar la pérdida de vidas pero, también, a dinamizar la economía. Aquí, el turismo es una opción de primera mano. El papel que juega en la reconstrucción social, cultural, económica y material ha pasado por varias etapas. Una de las más importantes es la del turismo como herramienta para la paz, como un agente de cambio, desencadenando en el concepto menos ambicioso de turismo sensible a la paz, gracias al cual las comunidades logran un equilibrio con otras actividades. Pero para ello tiene que ser responsable, respetuoso y sostenible. De lo contrario, no tendría verdaderas implicaciones en la tranquilidad de una comunidad.La relación entre turismo y paz es directa: si hay paz se puede desarrollar el turismo y el turismo puede trabajar por la paz. Entonces cumple un papel preponderante en la reconstrucción de las comunidades y la recuperación de los territorios, después de las heridas producidas por la guerra. Esta relación no deja de ser compleja por las innumerables relaciones sociales que conlleva y los impactos, tanto positivos como negativos, que pueda traer.El turismo es también una oportunidad para el turista que hoy es más consciente y responsable de las realidades de los lugares que visita, siendo parte de las dinámicas de renovación social que dichas comunidades viven; y, buscando experiencias en entornos únicos. Según el autor S. Causevic, experto en el concepto de Turismo Fénix de la Universidad de Strathclyde, este tipo de turistas se necesitan en los destinos en posconflicto, lugares nuevos y únicos que ofrecen experiencias inolvidables. ?La tipología de turismo con que se ha marcado la visita a lugares de guerra o violencia ha sido llamada por otros investigadores como ‘turismo negro’, criticado muchas veces por simplificar los hechos y mercantilizar la muerte y los desastres, algo que depende mucho de la forma como se narra lo sucedido, se vive o consume. Una alternativa a esta tipología es el Turismo Fénix, descrita por los investigadores como el rol que tiene esta actividad en la normalización de las relaciones sociales al contribuir a la renovación social en dos etapas: primero la de tristeza y luego en el proceso de renacimiento. Como ya se ha hecho una catarsis personal y social los hechos no duelen, se resignifican y comienzan a ser parte importante del pasado de una comunidad, sin perder su significado ni sus enseñanzas. Esto se relaciona con la patrimonialización de lugares que no deben ser olvidados por los trágicos hechos que albergaron y por lo que han significado históricamente. La Unesco los bautizó como ‘Patrimonio del Nunca Más’ o ‘Patrimonio de Memoria’. Su objetivo: la no repetición, el fomento de la paz y la reconstrucción sociocultural. Teniendo en cuenta que después de un conflicto, el tejido social y cultural se rompe y las relaciones de las comunidades no son estables, el Turismo Fénix ayuda a sanar las heridas y a entender los hechos pasados, para así poder crear narrativas justas para que otros entiendan el conflicto vivido; al cumplirse esto, se puede pensar en nuevas formas de turismo responsable que aporte a esa reconstrucción de memoria histórica.Este turismo debe ser planificado y pensado por y para cada comunidad, sin olvidar que la memoria debe ser construida por las personas que vivieron los hechos traumáticos y que viven en estos territorios ya que son ellos quienes deben decidir qué narrar y cómo hacerlo. Además de determinar si quieren incorporar las dinámicas turísticas en sus territorios o no.*Docente y experta en Turismo Fenix.