Una de las razones por las que Colombia ha ganado relevancia en el comercio internacional se encuentra en sus principales centros portuarios. Estos mueven anualmente más de 200 millones de toneladas y operan más de 70 grandes líneas navieras (entre carga y pasajeros), en el Caribe y el Pacífico. Ese dinamismo creciente le abrió las puertas a la expansión y al fortalecimiento de un importante renglón para la economía: el sector astillero, que ha demostrado con creces su potencial exportador y su capacidad de jalonar más sectores productivos. Hoy existen 33 astilleros que generan cerca de 6.000 empleos directos y 4.000 indirectos. De ellos, 11 están en Cartagena, 6 en Barranquilla y 4 en Bogotá. Incluso, en Medellín y Cali, esta industria también aporta su cuota. Además, ha llevado desarrollo a las regiones del país, donde empresas de todos los tamaños proveen insumos y materias primas para la fabricación y reparación de embarcaciones. Desde 2018 la promoción del sector astillero recibió un apoyo adicional en competitividad y productividad con la puesta en marcha del programa Proastilleros, diseñado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo y el Programa de Transformación Productiva (PTP). Este tiene como fin reducir a cero por ciento el arancel para 395 subpartidas que Colombia no produce y que son necesarias para fabricar y reparar embarcaciones. Es decir, esta industria puede ahorrar cada año cerca de 400.000 millones de pesos y competir en mejores condiciones. Además de buscar que los astilleros sean cada vez más productivos y aumenten sus exportaciones –las cuales sumaron en 2018 cerca de 9,6 millones de dólares–, el Ministerio de Comercio enfrenta el reto de promover los encadenamientos de alta sofisticación en este sector. Consolidar encadenamientos productivos, e impulsar el desarrollo de proveedores para esta industria en todo el país, implica conocer muy bien las necesidades de los principales astilleros y trabajar con las mipymes proveedoras para que estén acordes a las exigencias de productividad y calidad de la industria naval. En este frente, el ministerio y el PTP han trabajado de la mano del sector empresarial. También le puede interesar: Un impulso al comercio exterior La construcción de naves en Colombia es una gran oportunidad de crecimiento para sectores de la industria como el acero, la propulsión, las puertas, la producción de vidrio, la carpintería metálica, entre otros. Ahora bien, tan solo para tener una dimensión de lo que pueden representar los encadenamientos, hacer un solo buque se traduce en la generación de 5.700 millones de pesos para estos. También buscamos la consolidación de clústeres de la industria astillera que puedan satisfacer la demanda de embarcaciones. Se trata, fundamentalmente, de lograr que Colombia fabrique naves con diversos propósitos –como defensa, navegación fluvial y exploración offshore– para exportarlas y para satisfacer el mercado interno. Departamentos como Atlántico y Bolívar, sin excluir otros con igual potencial, tienen la maravillosa oportunidad de aliarse para conformar un clúster innovador y con grandes posibilidades de exportar. Al hablar de innovación en el sector astillero, Colombia tiene buenos ejemplos para mostrar. Uno de ellos es el de la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval, Marítima y Fluvial (Cotecmar), entidad que ha impulsado el uso de la tecnología y la ciencia para construir productos con un sello propio. Y es en Cartagena –aquí opera su astillero– donde se han desarrollado valiosas investigaciones en áreas de la producción de navíos como las estructuras, los materiales, la hidrodinámica, entre otros. Colombia tiene una oportunidad clara para lograr que el sector astillero sea más competitivo y aumente sus exportaciones. Este es el momento para que todos los protagonistas de esta industria trabajen de forma articulada y puedan navegar cada vez más lejos. *Ministro de Comercio, Industria y Turismo.