Como lo asegura Thomas Lindén, director ejecutivo de la compañía Saab Colombia, “aunque algunos consideren que es infortunado invertir en el sector de defensa de una nación, en realidad esto genera estabilidad y desarrollo económico. Que los países tengan el derecho a defenderse ha hecho del planeta un lugar mejor y más seguro. Todos quisieran destinar ese dinero a la salud, a la educación o al medioambiente, pero el mundo no funciona así, por lo menos no todavía”. Bajo esa premisa se fundó en 1937 esta empresa sueca de defensa y seguridad, que llegaría a tierras colombianas en 2017. Comenzó con la fabricación de aviones de combate, y tras la adquisición de los astilleros Kockums en 2014 y de Dockstavarvet en 2017 fabrica submarinos y barcos muy valiosos para resguardar la soberanía de una nación. En la actualidad su sumergible estrella es el A26, una evolución de la clase Gotland que fue diseñado para la Armada Real de Suecia y en el que se han interesado varios países europeos, latinoamericanos y del sudeste asiático. También le puede interesar: Cómo son los barcos modernos del mundo El A26 cuenta con tecnología de avanzada y es el submarino en construcción más moderno del mundo, su base está en la innovación y uso de la más alta tecnología para lograr que el submarino sea difícil de detectar y resulte casi invisible para los radares. Tiene un precio asequible, la relación entre su costo y su eficiencia es envidiable. Ha sido diseñado para recibir impactos de explosiones submarinas, cuenta con una vida útil de entre 40 y 50 años, y está equipado con un motor que le permite sumergirse hasta por 45 días. Además, otra de sus ventajas es la modularidad, es decir, para introducir una nueva sección o para actualizar alguna parte del submarino no es necesario afectar sus otras piezas. La mejor defensa es… Saab busca que sus aviones, barcos, submarinos y sus productos de alta tecnología lleguen a todos los rincones del mundo. En este proceso hay una ventaja competitiva importante con la ‘legislación offset’, que impone una compensación por una compra de material en el sector defensa. De esta manera la compañía compensa a la nación que adquiere sus productos. En Colombia es obligatorio regirse por estas leyes cuando el negocio sobrepasa el millón de dólares y, como dato curioso, el valor de las compensaciones es muchas veces equivalente al ciento por ciento de la compra, lo que beneficia a ambas partes. Dentro de los múltiples casos de éxito de la empresa hay uno muy recordado. Hace algunos años Brasil le compró 36 aviones y gracias a la compensación de la legislación offset se puso en marcha el programa Gripen entre la compañía y el Estado, donde se puede ver la transferencia de tecnología por parte de Saab. La firma cree que este tipo de apoyos sirven de fuerza impulsora para los negocios en el sector, comprendiendo plenamente que cada país tiene sus propias condiciones, capacidades y potencial de desarrollo. Desde 2015 más de 150 ingenieros brasileños han sido entrenados y capacitados en Suecia y se espera que para 2021 sean más de 350. La empresa ha realizado este tipo de proyectos en más de 30 países, entre ellos República Checa, Hungría, Sudáfrica, Tailandia, Japón y Australia.