Alguna vez hubo tanto oro en las poblaciones del nordeste antioqueño que los niños jugaban con las piedritas doradas que se acumulaban a la orilla de las carreteras. Aunque esto fue hace 400 años, el oro que brota de estas montañas sigue siendo una oportunidad de progreso y desarrollo para una región tradicionalmente minera. Vale la pena preguntarse entonces por qué todavía nuestros mineros no son un referente internacional dentro del mercado mundial aurífero. ¿Qué le falta a nuestro oro para brillar en las vitrinas europeas o bañar de gloria a los medallistas olímpicos?La respuesta es sencilla: que no esté teñido de mercurio, ni salpicado de la sangre que las organizaciones criminales derraman al extraer minerales de manera ilícita para financiar su actividad. Ser un dorado que no manche al medioambiente en el que inevitablemente deja su huella. Este es justamente el gran reto. No solo de la Secretaría de Minas de Antioquia, sino de las demás entidades públicas del sector extractivo. Juntas debemos luchar sin tregua para que tanto el pequeño minero ancestral como la gran multinacional propenda por una minería bien hecha, garantizando estándares internacionales que hagan atractivo el oro colombiano para las refinerías extranjeras, a las que se les pueda certificar la debida diligencia en la cadena de suministro de materias primas provenientes de nuestro territorio.Hoy día, los ojos de Europa están puestos en países como el nuestro para consolidar acuerdos comerciales. Precisamente el primero de agosto de este año celebramos el quinto aniversario de la implementación del Acuerdo Comercial entre Colombia y la Unión Europea, que deja una reducción de casi el 30 por ciento en la participación de las exportaciones mineroenergéticas entre 2013 y 2017. Así que nuestro sector minero es uno de los renglones económicos con mayor potencial en los próximos años y la exportación de oro uno de los principales protagonistas para realzar el mercado de commodities en plazas internacionales.Por ser Antioquia el principal productor de oro del país, con casi la mitad de la producción total del territorio nacional, debe ser un referente obligado para la consolidación estructural de las políticas macroeconómicas del sector. Para ser competitivos en el mercado mundial, el sector minero colombiano debe dar un giro completo hacia la legalidad y es fundamental la eliminación del uso del mercurio en la minería y la formalización de los mineros artesanales, quienes hoy reportan la producción del 20 por ciento del oro que se extrae a nivel mundial. Haber ingresado a la Ocde, avanzar en los acuerdos de paz, ratificar el Convenio de Minamata y expedir una ley que prohíbe el uso del mercurio en la minería que entró en vigencia el pasado 15 de julio son avances incalculables para este propósito. Pero insuficientes.La transformación y el control sobre el territorio debe saltar del papel a la realidad. Esta es la tarea que lidera el gobierno departamental desde la Secretaría de Minas de Antioquia, defendiendo la noble tradición y vocación minera que por años ha caracterizado a los antioqueños.Esta transformación y control sobre el territorio se logra con la consolidación de tres elementos estratégicos: 1. formalización de la pequeña minería; 2.fiscalización eficaz de los titulares y 3. transferencia de conocimiento para la erradicación absoluta del uso del mercurio en la actividad extractiva. En cuanto a la formalización, Antioquia es líder nacional en la eficaz transición de los mineros artesanales hacia vías formales de explotación del mineral bajo el amparo de la normativa mineroambiental. A la fecha, en este gobierno se han tramitado 93 subcontratos que benefician directamente a cerca de 1.600 pequeños mineros.Otra de las figuras de formalización es la cesión de áreas, en la que cabe resaltar un gratificante ejercicio promovido en abril por la Secretaría de Minas y el programa Oro legal de Usaid, mediante el cual una importante empresa titular minera de la zona de El Bagre y Zaragoza entregó 369 hectáreas de su título con el fin de permitir la regularización de 204 mineros ancestrales de la zona.Con respecto a la fiscalización de los titulares mineros, desde 2016 hasta la fecha se han realizado 3.109 visitas para verificar en campo que todos y cada uno de los titulares vigentes realicen labores de exploración y explotación de minerales bajo los requisitos legales que gobiernan su actividad. Así mismo, se han proferido 3.495 actos administrativos.Finalmente, por ser el primer departamento productor de oro del país y a su vez, el primer territorio más contaminado por mercurio del mundo, ha tomado medidas ejemplares que buscan solucionar una problemática que trasciende el sector minero e impacta la salud pública y el futuro del medioambiente. Aquí vale la pena destacar la Primera Feria Subregional Minera de Tecnologías Limpias. Un encuentro que se realizó en el territorio más contaminado por mercurio del planeta y que con el apoyo del Ministerio de Minas, las autoridades locales, los empresarios y entidades del sector atrajo a más de 2.000 visitantes con una oferta comercial y académica de alternativas para una minería limpia. Pequeños mineros de la zona y grandes empresarios del sector se llevaron un mensaje claro: sí es posible una minería bien hecha.Las acciones que se han adelantado en el territorio consiguieron la disminución en cerca de un 60 por ciento del mercurio utilizado en la actividad minera. Es de resaltar la inversión en capacitación y transferencia tecnológica a los pequeños mineros artesanales, la implementación de tecnologías limpias en más de 30 plantas de beneficio amparadas por título minero que hoy no conocen la palabra mercurio en sus procesos; gestión del conocimiento e investigación aplicada mediante la cual se diseñó una planta de procesamiento de oro cero mercurio a escala de laboratorio, en asocio con la Universidad Pontificia Bolivariana y financiada con recursos del Sistema General de Regalías, para impulsar la recuperación de oro con biotecnología.En conclusión, la minería bien hecha, aquella que hace mérito a la entrañable tradición de cientos de generaciones que forjaron literalmente desde el subsuelo este departamento dorado que hoy tiene puestos sus ojos en el mercado internacional, gana día a día la batalla contra la ilegalidad y la informalidad.Este gobierno está comprometido, y así lo ha demostrado, a enaltecer este noble oficio de la minería como uno de los motores que dinamicen la economía nacional, haciendo brillar con orgullo en las vitrinas internacionales el oro made in Antioquia, que todos los consumidores finales estarán ávidos por tener. *Secretaria de Minas de Antioquia.