SEMANA: ¿Cuál es la importancia que tiene el sector porcicultor para Colombia hoy? JEFFREY FAJARDO LÓPEZ: El sector porcicultores uno de los que registra mayor dinámica de crecimiento entre los sectores agropecuarios. En los últimos años ha logrado una profunda transformación de los patrones de consumo de los hogares, al pasar de ser un sector altamente estigmatizado, a uno aceptado por todos los colombianos, con un nivel altísimo de penetración en los hogares, consiguiendo má que doblar el consumo per cápita en los últimos diez años. SEMANA: ¿A qué se debe ese incremento? J.F.L.: Esto se dio gracias al esfuerzo de tecnificación de miles de productores y de los demás actores que se encuentran involucrados en la producción de la carne de cerdo, que han posicionado al sector porcícola como una de las agroindustrias más relevantes y reconocidas del sector agropecuario nacional. Hoy generamos alrededor de 135.000 puestos de trabajo formal entre directos e indirectos, lo que beneficia a más de 500.000 colombianos. Representamos cerca del 1,4 por ciento del PIB agropecuario y del 4,8 por ciento del PIB pecuario. La producción está alrededor de 3 billones de pesos al año y en la última década el sector ha mantenido un crecimiento anual promedio superior al 10 por ciento. SEMANA: ¿Cuáles son los principales aprendizajes que han dejado estos años de evolución en la porcicultura? J.F.L.: Un sector que crece de manera desbordada puede conducirse a un sobreabastecimiento si lo que produce no tiene una demanda lo suficientemente dinámica. Por ello, uno de los primeros aprendizajes es empezar a desarrollar estrategias de crecimiento ordenado de la producción, de manera que crezca en función del comportamiento de la demanda agregada. De otra parte, tenemos un reto por el creciente avance de la carne de cerdo importada. En 2019 cerramos el consumo en 11,2 kilogramos por persona al año, lo que sin duda es una buena noticia, pero hay que reconocer que parte de esa demanda la están supliendo las importaciones, que pasaron, en diez años, de participar en el 10 por ciento del consumo al 20 por ciento en 2019. SEMANA: ¿Cómo enfrentar esos retos? J.F.L.: Esto nos indica que tenemos que reforzar la estrategia de sustitución de importaciones porque claramente el sector tiene las capacidades de tecnificación y de productividad para poner carne de cerdo colombiana en los canales comerciales donde el importado está presente, de esa manera se evidenciará que estamos en condiciones de dar el siguiente paso: poner carne de cerdo en el mundo de manera sostenible y creciente. SEMANA: ¿Qué otros desafíos enfrenta la porcicultura colombiana en la actualidad? J.F.L.: El sector necesita en muchas regiones la disposición de infraestructura de beneficio formal. Hay regiones donde la simbiosis entre producción formal y tecnificada ha hecho que el sector crezca, pero también hay otros escenarios donde la porcicultura crece, pero con ausencia de plantas formales, lo que incentiva la informalidad comprometiendo los estándares sanitarios de Colombia. También debemos profundizar una estrategia reputacional del producto sobre la base de demostrar que la producción formal se desarrolla bajo altísimos estándares de bienestar animal y sostenibilidad ambiental, todos estos nuevos elementos, hoy suman al criterio a través del cual el consumidor toma la decisión final de comprar. Finalmente, si bien nuestra campaña de fomento al consumo ha sido muy exitosa, hemos identificado nuevos retos y por eso exploramos otras herramientas de comunicación, como lo es nuestra serie web ‘Friendzone’, y tratar de regionalizar los mensajes porque no todas las regiones tienen el mismo potencial de crecimiento del consumo per cápita y por ende las estrategias de promoción al consumo en las regiones deben ser ajustadas a características culturales y costumbres. Lea también: Frigoporcinos Bello, una compañía ejemplar