Miel, polen, propóleo, jalea real, apitoxina (ve - neno de la abeja) son solo algunos de los pro - ductos más conocidos provenientes de una colmena, pero como lo explica el ingeniero de alimentos Gino Paolo Cala Cháux, “muchas personas relacionan a las abejas únicamente con una producción de miel y una colmena puede llegar a tener entre 18 productos y servicios ambientales como el control biológico indirecto de plagas, la polinización e indicadores biológicos de polución”. Las abejas son las protagonistas de una industria que está comenzando a ganar terreno con un crecimiento cercano al 5 por ciento en promedio anual, impulsado por la producción de miel. Según estimaciones de los Comités departamentales de la Cadena Productiva de las Abejas y la Apicultura (CPAA), perteneciente al Ministerio de Agricultura, en 2018 cerró con 3.372 toneladas de miel y en 2017 alcanzó una producción récord con 3.542 toneladas. Las colmenas han venido en aumento durante los últimos años. El país contaba con alrededor de 97.000 en 2015, crecieron a 120.000 en 2018 y se estima que en 2019 se hayan alcanzado las 140.000 con una producción de 4.000 toneladas. “Hemos crecido por encima del 30 por ciento en los últimos años”, señala Fabio Diazgranados, presidente del gremio. Las regiones del país con mayor cantidad de colmenas son la Andina, Atlántica y Orinoquia. Los departamentos del Meta, Antioquia, Sucre, Córdoba y Huila lideran la producción de miel de abejas y en conjunto generan el 50 por ciento de la producción nacional. En polen, los que llevan la delantera son los departamentos de Boyacá y Cundinamarca, que producen 600 toneladas al año, según la CPAA. De otro lado, el consumo per cápita de miel de abejas es de 87 gramos, un promedio bajo comparado con los países que lideran el consumo como Alemania y Turquía que sobrepasan el kilogramo de miel de abejas al año por habitante, de acuerdo con el gobierno. La importancia de las abejas es indiscutible. “Cuando visitan las flores de los cultivos se incrementa el índice de polinización, se puede obtener mayor cantidad y calidad de frutas; hay cosechas tempranas por el aprovechamiento de floraciones esporádicas”, explica Cala Cháux, fundador de Apisgreen, una empresa que instala apiarios urbanos con el fin de conservar la especie y realizar investigación. Pese a sus beneficios, las abejas se han visto reducidas debido al uso de agroquímicos y plaguicidas. Según datos de la CPAA hay una mortalidad de aproximadamente 2.500 colmenas concentradas en los departamentos de Córdoba, Cauca y Meta. Al respecto, Cala Cháux manifiesta que “hay voluntad política y se han hecho trabajos interesantes desde la parte académica y desde las entidades del Gobierno”. El Consejo de la Cadena, al cual asisten entidades como el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia), ha realizado eventos de sensibilización acerca del papel de las abejas en la productividad de los cultivos, con el objetivo de disminuir las afectaciones de colmenas. Igualmente, para lograr que la agricultura y la apicultura convivan en armonía, Fedeabejas desarrolla un programa de capacitación y de educación en buenas prácticas. “El primer llamado está orientado a que el agricultor respete cuándo va a fumigar”, señala Diazgranados. Además, puntualiza que “los productos químicos de uso agropecuario están muy bien explicados en las etiquetas. Dicen, por ejemplo, que no hay que fumigar durante la floración de los cultivos, se deben respetar los periodos de carencia, es decir, cuando no hay que aplicar agroquímicos y que la fumigación debe hacerse en presencia de las plagas y no para evitarlas. También hay que respetar las concentraciones de estos agroquímicos”. El sector apícola cuenta con un gran potencial y dos factores respaldan esta tesis: la riqueza floral de Colombia, debido a sus pisos térmicos, y la ausencia de estaciones. “Colombia tiene que ser, gracias a su biodiversidad, un país líder en producción apícola y un exportador de miel de excelente calidad que difícilmente se conseguiría en otras latitudes. En cinco o seis años deberíamos lograr un millón de colmenas funcionando”, puntualiza el presidente de Fedeabejas . Al respecto, el Gobierno espera aumentar en más de diez veces el número de colmenas en el país, ofrecer productos inocuos y con propiedades bioactivas a la población colombiana y al mundo. Aunque Colombia no exporta todavía, este es uno de los pasos que espera dar el sector. Lea también: La historia del bendito maíz