Rodrigo D. No futuro se estrenó en 1990 y llegó hasta el festival de cine de Cannes como parte de la selección oficial. Es una película sobre la melancolía y la desazón. Sobre una ciudad mezquina que aún hoy sigue empujando lo incómodo hacia la periferia. La obra de Víctor Gaviria es el único testamento de un momento de efervescencia musical y es, sobre todo, el primer gran legado de un autor que ya hizo historia.Todo comenzó con una crónica y el empeño de Gaviria en hacer una película sobre un joven suicida en Medellín. El personaje real que Ángela Pérez Mejía había entrevistado para su crónica de 1984 fue disuadido por una mujer y no se mató. Para la película, todos convencieron a Víctor de que la ética callejera dictaba que el personaje efectivamente se suicidara, sin miedo. Ramiro Meneses no concebía a su personaje sin el suicidio final.Meneses aceptó darle vida a Rodrigo siendo un “pelado” de 18 años. Todo lo que sucedió después con la película es, en gran parte, un mito bien conocido. Un cuarto de siglo después, el hombre de 45 años puede volver sobre ese rodaje, sobre esa historia, con los ojos del tiempo.Estas son sus Memorias de Rodaje:“Para mi Rodrigo era un estúpido. Yo no entendía que alguien quisiera matarse sin hacer algo heroico. Yo pensaba, si este tipo se va a matar que lo haga por algo, que no se tire de un edificio como una simple rutina cobarde. Tampoco entendía el valor en esa historia para hacer una crónica y menos una película...A mí lo que menos me interesaba era trabajar en una película. Estaba recién salido del colegio metido en mi música, en mi poesía, en mi cuento. Un día, mi amigo Ramón Correa me pide que lo acompañe a Tiempos Modernos, la productora de Víctor. Yo acepto solo porque él me ofrece a cambio cinco cassettes, que para mí era un pago en oro. Yo voy ese día y sigo acompañándolo. En ese entonces, mi apatía por la gente era enorme, a mí no me interesaba hablar con nadie. Cuando conocí a Víctor, ni lo saludaba. Ellos de alguna forma lo comprendían y me dejaban aislado cada vez que visitaba la productora.Yo solo fui interesante para Víctor y el equipo cuando aparecí por allá con mis baquetas y el cuaderno de mis canciones, entonces me pidieron ir a un ensayo de mi banda, Mutantex. Y así, fueron involucrándome cada vez más en esos ensayos. Pasé mucho tiempo ensayando como el amigo de Ramón y uno más de los muchachos. Un día llegó el tipo que iba a ser Rodrigo y me lo presentaron como el protagonista. A mí no me cuadraba por ningún lado, ni su físico ni su presencia. Recuerdo que ahí pensé: él no es Rodrigo D, Rodrigo D soy yo.Mi única condición para ser Rodrigo era la música, a tal punto que cada vez que yo aparecía en imagen debía sonar rock o punk. Ese fue un proceso que tuvo momentos difíciles entre Víctor y yo, pues era muy importante para mí no ser asociado a nada de lo que hacían los otros. Por eso, mi historia en la película corre casi en paralelo a la de ellos. Yo le decía a Víctor, hago lo que quieras, pero con la música.

En 1989 un Ramiro Meneses muy joven definió el tema de la película terminada como “las circunstancias de la vida y la sensibilidad de personajes que salen de una agresividad del alma, de lo que se siente en el rugir de una ciudad…”Hoy Meneses añade, "Rodrigo D está lleno de bulla, de ruido, de gritos. La gente criticó mucho el sonido de la película, pero así tenía que ser. Rodrigo D no tiene problemas de sonido, simplemente capturó el sonido de esa época. El ruido que generaban esos personajes que son como fantasmas, que ya estaban muertos y solo viven en esa película…”

Ramiro Meneses en la escena de las ruinas de El Temprano / Fotografía de Hernando Tejada"¿Actores naturales? eso solo puede ser entendido como personas que nunca han actuado antes y comienzan a prepararse muy intensamente con Víctor. En Rodrigo D la gente no se actúa a sí misma, la gente actúa unas situaciones previamente conocidas por Víctor que han sido ensayadas durante meses de una manera muy antropológica, muy psicológica. Él tiene un método muy delimitado y es por eso que nadie ha podido imitar lo que hace. Porque no es cuestión de conocer a la gente un par de meses antes del rodaje y luego meterles la cámara a la fuerza...Se necesita sensibilidad. Víctor sale al encuentro del alma y va penetrando el mundo del otro hasta convertirse en parte del embrión. Entonces el viaje va en un mismo camino y todos hablan el mismo lenguaje. Todos saben por qué se dice lo que se dice...”

El guión de Rodrigo D. No futuro describía situaciones y lugares, no contenía diálogos / Cortesía de Ramiro MenesesEl método de Víctor no es el mismo para todos los personajes. ¿Cómo hizo el director para lograr en el joven Ramiro esa tristeza profunda por la muerte de la madre?"Cuando empezamos el rodaje yo me fui a vivir con Víctor. Y eso hizo que llegáramos a tener tal grado de confianza, que yo ya me había soltado y disfrutaba haciendo reír y llamando la atención. Un día, Víctor se enojó terriblemente conmigo. Me “puteó” delante de todos dejándome pasmado sin saber qué decir o qué hacer. Después de ese día, nadie volvió a hablarme en el rodaje. Psicológicamente me afectó muchísimo esa sensación de que yo no le importaba a nadie ahí, además era tenaz ver que pasaba lo contrario con los otros muchachos, celebrados en sus chistes y cagadas por todo el mundo. Conmigo todos eran tan distantes que dejé de interactuar y empecé a estar cada vez más encerrado en mí…Años después, Víctor me confesó que todo había sido urdido por él. Que le pidió a todo el equipo que no me determinara para que yo, solo y aburrido, lograra transmitir la desidia de alguien a punto de matarse. Es cierto que yo logré intuitivamente construir ese personaje pero, sin duda, mucho tuvo que ver “el método” de Víctor.

"Rodrigo D puede dividirse en dos documentales. Tiene una parte de docudrama y otra que es "una vaina" histórica de la música nacional. Si no se hubieran grabado los tracks de la banda sonora de la película esa música hubiera desaparecido, de hecho, Víctor las perdió en España cuando estuvimos allá y no quedó nada en físico...”

"Para quien supo pasar del No futuro, al futuro promisorio" dedicatoria a Ramiro Meneses "Siempre me preguntan ¿Es verdad que todos los de Rodrigo D están muertos? No. Están muertos los que la cagaron. Cada uno eligió un camino de acuerdo a su personalidad y la personalidad de muchos era el no futuro literal. De igual forma, tu ves a esos personajes y nos ves a unos malos, ves a unos niños ingenuos…” Ramiro Meneses