Entre Francia y Colombia siempre ha existido una relación de cercanía y amistad. Desde que Simón Bolívar estudió en París. Desde que los soldados de los ejércitos napoleónicos vinieron a luchar a su lado por la independencia de nuestro país. Los colombianos siempre hemos tenido un interés sincero por la cultura francesa y la europea. Hasta mediados del siglo pasado el idioma francés ocupó un lugar muy importante. Pero en las últimas décadas la relación entre las dos naciones estuvo marcada por un imaginario que asustaba. Colombia, para los franceses, fue Pablo Escobar y luego Íngrid Betancourt y su secuestro. Por supuesto, también existía una imagen positiva, como las esculturas de Fernando Botero en los Campos Elíseos; pero predominaba la percepción negativa. En los dos últimos años, en particular desde la firma del acuerdo de paz, y después del año cruzado Francia-Colombia 2017, en las tierras galas ha cambiado la manera de vernos. El estatus de nuestra Nación en la escena internacional se ha transformado. ÁLVARO SIERRA: ¿Cuáles son las áreas de cooperación más importantes entre Francia y Colombia? GAUTIER MIGNOT: El apoyo francés al proceso de paz y a la implementación del acuerdo ha sido un tema prioritario, así como a la transición ecológica y solidaria de Colombia. Otra área de cooperación son los intercambios, en particular de jóvenes estudiantes. También tendría que hablarle del lugar que ocupa el idioma francés. Finalmente, una de las herramientas más importantes tiene que ver con la educación superior, la investigación y la innovación. Ese es el petróleo del siglo XXI. Á.S.: En materia de paz, ¿qué está haciendo Francia? G.M: Por un lado está el canal de la Unión Europea: el Fondo Fiduciario para la Paz. A través de este la UE ha aportado 120 millones de euros, y Francia ha contribuido con alrededor de 20 millones. Hay proyectos que implementan la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y la ONF Andina en gestión de bosques, en particular en el Guaviare. También existen variadas acciones financiadas por la cancillería francesa, que van desde la reincorporación de excombatientes y el desminado humanitario, hasta el desarrollo territorial en las zonas más afectadas por el conflicto. Y Francia, igualmente, le brinda apoyo a la Jurisdicción Especial de Paz. Á.S.: ¿Y los intercambios de jóvenes? G.M.: La segunda comunidad estudiantil latinoamericana con más presencia en Francia es la colombiana, representada por más de 4.000 alumnos. Nuestro país es el tercer destino extranjero para los estudiantes de Colombia. Lo interesante es que esta relación académica se ha vuelto recíproca. Hoy tenemos 2.500 estudiantes franceses en territorio colombiano, ¡hace tres años eran tan solo 500! Á.S.: Otro campo de colaboración es la transición ecológica… G.M: Sí, estamos comprometidos con el cambio climático. Nuestro actor clave en este campo es la AFD, con 2.000 millones de dólares en préstamos vigentes en el país. La agencia abarca todos los temas de crecimiento verde, sostenible y solidario. Así mismo, realizamos acciones de lucha contra la deforestación y, sobre todo, de gestión sostenible de bosques. Contamos además con la ONF Andina, filial regional de nuestra Agencia Nacional de Bosques, con 20 años de presencia en el país, en particular en Huila. Á.S.: ¿Qué proyectos hay en infraestructura? G.M.: Tenemos varios. El de Puerto Antioquia, en el Urabá, lo lleva a cabo CMA CGM, un líder mundial en el sector del transporte marítimo y de puertos, y además cuenta con la participación de Eiffage para la construcción. De otro lado está el proyecto de modernización de la autopista Bogotá-Girardot, a cargo de VINCI. Hay empresas francesas interesadas en obras de transporte masivo, como la compañía Poma, con el Metrocable en Medellín; y estamos interesados en el metro de Bogotá, el tren Bogotá-Madrid-Facatativá y el proyecto de tren de cercanías en Cali. Le puede interesar: Con el apoyo de Francia, en Colombia sí ‘C Emprende’ Á.S.: También existe una colaboración en el ámbito del arte y la cultura… G.M.: Tenemos una presencia fuerte y una alianza con actores como el Teatro Colón y el Teatro Mayor, en Bogotá; pero también estamos en las regiones. Este año vamos a ser el invitado de honor de la Feria del Libro de Cali. Así buscamos abrirnos a nuevos territorios. Igualmente estamos trabajando en un proyecto de arte contemporáneo afro-colombiano y africano para 2020, en el marco del año de África en Francia. Y no olvidemos que tenemos una red de 12 Alianzas francesas en todo el país. Á.S.: Entre los países latinoamericanos, ¿qué tan importante es Colombia para Francia? G.M.: Claramente existen dos pesos pesados en el continente: Brasil y México. Pero creo que después de ellos Colombia es una prioridad para Francia, al mismo nivel que otras naciones como Argentina, miembro del G20. Las dos visitas del presidente Duque en los últimos meses han ratificado este interés. Á.S.: ¿Cree usted que con el nuevo gobierno colombiano ha habido cambios en el proceso de paz? ¿Cómo lo percibe? G.M.: Nosotros hemos insistido en la necesidad de seguir implementando el acuerdo en todas sus vertientes, no solamente en la reincorporación de excombatientes y en el desarrollo territorial, sino también en temas como la sustitución voluntaria de cultivos, el capítulo de género, la reforma política y rural, la cuestión de la tierra; en fin, queremos tener una visión integral del acuerdo. En eso la comunidad internacional se muestra muy firme. Pienso que el gobierno colombiano es muy consciente de lo valioso que ha sido este acuerdo para la imagen del país a nivel internacional. Creo que entendió muy bien que había que preservar esta ganancia para Colombia. Á.S.: ¿La llegada de Trump le abre espacio a una visión más multilateralista como la de Francia? G.M.: Yo creo que eso resalta aún más el valor del multilateralismo para todos los países pequeños y medianos. Porque la visión unilateralista, en la que gana el más fuerte, solo les conviene a los más fuertes. Pero el interés de la inmensa mayoría de los países es justamente que haya reglas del juego, una cooperación internacional en beneficio de todos, no solamente de unos pocos. Á.S.: La presencia de Francia en América Latina –24 embajadas, 250 alianzas francesas– contrasta con las modestas cifras del intercambio comercial... G.M.: En Colombia, después de unos años de disminución en el comercio bilateral, hemos vuelto a notar una subida de las cifras, que hoy suman más de 1.000 millones de euros. Todavía no superamos los números del principio de esta década, pero seguramente en un par de años, si seguimos con esta tendencia, lo vamos a lograr. Tenemos que diversificar y reequilibrar. Quisiéramos que también haya inversión colombiana en Francia. Á.S.: ¿Qué magnitud tiene la inversión francesa aquí? G.M.: Suma más de 3.999 millones de dólares. Somos el primer empleador extranjero, con 120.000 empleos directos, una inversión densa de empleos formales, con un sentido de responsabilidad social, ambiental y de las empresas. Existen 220 filiales de firmas francesas en todos los sectores y cada mes llegan nuevas compañías. Una muestra clara de ello es la decisión de basar en Bogotá la cadena en español de France 24. Eso demuestra este atractivo que tiene hoy Colombia. Á.S.: ¿El acuerdo con las Farc fue determinante para este nuevo panorama? G.M.: Totalmente.