La construcción de vivienda va por buen camino (como se puede constatar a lo largo de esta edición). Ha sido un puente para cumplir uno de los anhelos más grandes de cualquier familia colombiana –tener casa propia– y además ha transformado la calidad de vida de las comunidades más vulnerables.La política habitacional logró convertirse en impulsora del sector constructor. De acuerdo con datos del Ministerio de Vivienda, en los últimos ocho años inició la edificación de más de 1,7 millones de unidades urbanas y rurales, de las cuales 1,02 millones han contado con algún tipo de ayuda del Gobierno Nacional, como la financiación o cofinanciación derivada de los programas de subsidio.Las viviendas de interés social (VIS) puntean la lista de los apoyos con un total de 621.553 casas construidas, seguidas por viviendas gratis (urbanas y rurales) con un total de 275.000, y en tercer lugar están las diferentes a VIS con 45.000 unidades.En los últimos siete años la construcción de vivienda aumentó 60 por ciento. El promedio anual de soluciones edificadas pasó de 165.000 en 2010, a 227.000 en 2017.Toda esta dinámica del sector constructor potenció el crecimiento económico durante el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. También tuvo un papel relevante tras convertirse en uno de los grandes generadores de empleo.Prueba de ello es que, según el Ministerio de Vivienda, en el sector de la construcción hay 1,3 millones de personas ocupadas. A su vez, en actividades inmobiliarias, trabajan 1,7 millones de personas, lo que representa el 14 por ciento del número de empleados de Colombia. Hoy se han generado 727.000 empleos más que en 2010.La política de vivienda urbana ha sido fundamental para que el sector constructor se consolide. Hoy es uno de los que tiene mejor desempeño económico en el país, con una tasa de crecimiento del PIB sectorial del 6,2 por ciento de promedio anual. Así mismo, ha sido un pilar de la lucha contra la pobreza y ha logrado reducir de forma significativa el déficit habitacional cuantitativo urbano, que pasó de 12,6 por ciento en 2005, a 5,2 por ciento en 2017.Sin perder impulsoLa mayor asignación de subsidios por parte del Gobierno, impulsó la construcción. Estos apoyos pasaron de 10.000 en 2010, a 40.000 en 2015, y sirvieron para desencadenar un dinamismo en las industrias relacionadas con el sector.Así lo prueban las cifras de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol). Las industrias del cemento, del vidrio y del ladrillo, por ejemplo, vendieron 42 por ciento de su producción al sector edificador. La industria de productos derivados de la madera vende 38 por ciento al mismo sector, y la de bienes metalúrgicos básicos, cerca de 18 por ciento.De esta forma, los programas de la política de vivienda urbana impulsados en los últimos ocho años se han traducido en inversiones cercanas a los 38 billones de pesos y en una demanda por insumos aproximada de 24 billones de pesos.Por el lado de las licencias de construcción, según las más recientes cifras del Dane, en enero de 2018 se otorgaron permisos para trabajar en 1.680.934 metros cuadrados, lo que significó un crecimiento de 8,6 por ciento respecto al mismo mes de 2017. Por su parte, el área aprobada para vivienda presentó un aumento de 8,1 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.Cabe destacar que en enero de 2018 se licenciaron 14.436 soluciones de vivienda, 5.815 viviendas de interés social y 8.621 diferentes a interés social. Eso significa una variación positiva de 62,1 y de 11,7 por ciento, respectivamente.El mercado de vivienda sigue teniendo una dinámica importante, impulsado principalmente por lo social. En el último año –entre mayo de 2017 y abril de 2018– se han vendido cerca de 33 billones de pesos en viviendas nuevas. Este impulso permitirá que el déficit habitacional quede en el 5 por ciento este año, según Camacol.