Cuando se posesionó el presidente Juan Manuel Santos la atención en vivienda nueva se orientaba a la entrega de una ‘carta-cheque’. Para comprar su casa, los colombianos debían tener una amplia capacidad de ahorro y acceso a crédito. Como el subsidio se asignaba a la población vulnerable, informal laboralmente y, por lo tanto, sin capacidad de pago, la ‘carta-cheque’ era letra muerta, una casa en el aire.Esto cambió en estos ocho años, la puesta en marcha de diferentes programas dio paso a la construcción de más de 1.700.000 casas para todos los estratos y fueron generados 3.000.000 de empleos formales. El número de viviendas nuevas durante el gobierno Santos fue equivalente a construir cuatro veces Barranquilla.El primer reto fue la atención a los más vulnerables. Con una inversión de 4,4 billones de pesos, se construyeron y entregaron más de 100.000 viviendas gratuitas. Fue un proceso transparente en el que los pagos se realizaron contra entrega de las casas, no se perdió un solo peso público.Y, con el programa Mi Casa Ya el Gobierno asignó más de 886.000 subsidios para compra de vivienda dirigidos a hogares con ingresos inferiores a cuatro salarios mínimos, con un modelo de estándares ajustados a la Red de E-Government de la Ocde. Sin embargo, la deuda aún no está saldada, y hay que aumentar el ritmo de construcción.En lo que se refiere a Bogotá, los retos no son menores. Según el Dane, en 2015 fue la capital con el más bajo número de viviendas iniciadas por cada 1.000 habitantes (5,5), de lejos superada por Medellín (10,1) y Barranquilla (12,4).El Distrito no se articuló con la política de vivienda nacional. De las 8.110 viviendas gratuitas que le destinó la Nación, solo se ejecutaron 3.464, y de las 70.000 de interés prioritario prometidas, solo construyeron 19.000.Hoy, el compromiso es generar las condiciones para elevar la producción de vivienda. En febrero de 2016 la actual administración puso en marcha el Pacto por la Vivienda con el Gobierno, que le dio a la ciudad 80.000 subsidios. Con corte a junio de este año, se han beneficiado más de 40.000 hogares.Los resultados son tangibles: en 2017 Bogotá logró revertir la tendencia negativa de seis años de caídas consecutivas. La capital recuperó el rumbo y aportó el 40 por ciento de las viviendas de interés prioritario que se construyeron en el país. Ejemplo de ellos son proyectos como Lagos de Torca, uno de los más ambiciosos de Colombia, con aproximadamente 132.000 viviendas. Además, se encuentran en formulación diez planes parciales con un potencial de 38.000 casas, y se está destrabando el proyecto Tres Quebradas en Usme, que permitirá construir 8.000 hogares de interés prioritario en los próximos tres años.Pero se debe tener en cuenta que los precios de los inmuebles en Bogotá son más altos que los de otras ciudades. Para facilitar el acceso a una vivienda social, el Distrito acaba de crear un subsidio complementario a Mi Casa Ya, de manera que los hogares podrán acceder, tanto al subsidio nacional como al complemento del Distrito, sin adelantar un solo trámite ante entidades públicas.Las familias interesadas solo deben ir al banco de su elección para solicitar el crédito y, si cumplen los requisitos, recibirán un subsidio cercano a los 31 millones de pesos y una cobertura a la tasa de interés de hasta 5 puntos porcentuales. Los beneficiados terminarán pagando una cuota entre 150.000 y 350.000 pesos mensuales.Aún hay mucho por hacer. Uno de los retos del próximo Gobierno es impulsar la intervención social para los hogares beneficiarios de viviendas gratis. Los proyectos requieren más equipamientos educativos y de atención a la infancia. Adicionalmente, la administración saliente se enfocó en una política de vivienda para propietarios, no obstante, las persistentes dificultades para acceder al crédito hacen necesario crear programas que promuevan el arrendamiento formal, con y sin opción de compra.*Secretario distrital del Hábitat, exviceministro de Vivienda.