En sus 141 años de historia, la Cámara de Comercio de Bogotá ha sido uno de los mayores promotores de la productividad del país. A lo largo de su existencia se ha encargado de escuchar y acompañar a los empresarios de la capital, así como de representar sus intereses frente al gobierno central y nacional. Recientemente, en cabeza de su presidenta, Mónica de Greiff, la institución promovió la productividad del país al ampliar su programa Empresas en Trayectoria Mega a todo el territorio nacional. Una mentoría que opera hace 12 años en Bogotá en el que presidentes de grandes empresas asesoran a sus pares de pequeñas y medianas mediante una metodología que les mejora la productividad. De aquí a cuatro años la estrategia beneficiará a 42.000 empresas de diferentes ciudades.

Además, la Cámara ha sido visionaria. Desde 2004 viene haciendo esfuerzos loables por convertir la ciudad –y por ende a Colombia– en un polo de creatividad y en el lugar predilecto para realizar eventos de talla mundial. Identificó el potencial que tienen las industrias culturales y creativas (representan el 3,3 de la economía nacional y el 92 por ciento se concentra en Bogotá) y construyó las principales plataformas que conectan la oferta artística, audiovisual, musical y de moda que hay en Bogotá con el mercado mundial: la Feria Internacional de Arte de Bogotá (ArtBo), el Bogotá Audiovisual Market (BAM), el BOmm (Bogotá Music Market) y Bogotá Fashion Week. Lo que surgió en 1878 como una reunión de empresarios para apoyar al gobierno en algunos asuntos, hoy ha roto paradigmas y les demuestra a los ciudadanos que sí es posible vivir del arte y la cultura.