La pérdida irreparable de más de 2 millones de hectáreas de bosque amazónico este año deja una lección principal: la necesidad de escuchar a los pueblos indígenas que lo habitan. Confiar en sus saberes ancestrales, en la manera como han aprendido a vivir con el bosque y no del bosque. En Colombia ya hay una organización indígena decidida a demostrarlo: la Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana (Opiac).
Desde hace tres años, esta entidad creó una escuela de formación política a fin de que los miembros de las 56 etnias de la Amazonia colombiana se formen para defender y proteger su territorio por medio de herramientas políticas, sociales, culturales y medioambientales que les permitan incidir en su gestión. El programa, que dura un año y medio y que tiene lugar entre Cundinamarca y las comunidades de los estudiantes, ya ha graduado a 243 indígenas, de los cuales el 40 por ciento ocupa cargos en las organizaciones indígenas de la región, el 54 por ciento son mujeres y 5 de ellos aspiraron a cargos de elección popular en los más recientes comicios regionales. La escuela, además, creó una batería de indicadores de bienestar del territorio. Esta parte del pensamiento indígena amazónico para que de ahora en adelante los proyectos a realizar en este ecosistema se basen en ellos. La escuela, además, creó una batería de indicadores de bienestar del territorio. Esta parte del pensamiento indígena amazónico para que de ahora en adelante los proyectos a realizar en este ecosistema se basen en ellos. El modelo pedagógico ha resultado tan llamativo que varios pueblos de los nueve países que componen la cuenca amazónica quieren replicarlo. Incluso cuatro indígenas waoranis de Ecuador se graduaron en la última promoción.