“A mí no me venga a decir cómo criar a mi niño. ¿Cómo que no le pegue? A mí me criaron así”. Estas son las palabras que escucha el voluntariado de la ONG World Vision cuando visita y habla con los padres, madres o cuidadores para que no maltraten a sus hijos. Esto es un síntoma grave: se estima que en 2018 hubo 10.794 casos de violencia intrafamiliar contra menores de edad, según el Instituto de Medicina Legal. Para Colombia, en línea con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en su meta 16.2, y en el marco de la Alianza Nacional Contra la Violencia hacia Niñas, Niños y Adolescentes, se propone disminuir la tasa de violencia contra la niñez en 14,3 por ciento por cada 100.000 niñas y niños, para el año 2022. Según el sistema de información de World Vision, ONG que lleva más de 40 años trabajando a favor de la niñez con familias, comunidades e instituciones del país, el 44,7 por ciento de las niñas y niños han reportado haber sido víctimas de violencia en uno de sus entornos, en mayor medida, en sus propios hogares. Al respecto, Peter Gape, director de World Vision Colombia comenta: “Las formas en las que corregimos a los niños tienen que ver con la forma en que resolvemos nuestros conflictos; siempre con peleas”. Asunto que se replica progresivamente en otros entornos y se refleja en la historia de la violencia nacional. Más de 4.000 líderes, millones de abrazos Una de las principales estrategias de World Vision para contrarrestar lo anterior es empoderar a la niñez para que sean sus propios defensores y que los adultos sean garantes de su protección. Como en el caso de Viviana Hernández, de 16 años, y que hoy es líder y mentora en Montería, Córdoba. Una historia que inició en 2013, cuando sus hermanos mayores la llevaron a uno de los talleres de la organización, en el que le hablaron sobre sus derechos y la importancia de una cultura de paz y no violencia. Sobre su experiencia comenta lo siguiente: “Como somos niños trabajábamos con juegos. Me acuerdo que corríamos con un globo, lo estallábamos y dentro de él había un papel con un derecho. Luego había que explicarlo”, dice Viviana. Y concluye: “Ser líder me ha ayudado a desenvolverme en la sociedad y a decirles a los mayores que nosotros también tenemos problemas y que tenemos idea de cómo resolverlos”. Ella, que comenzó como niña empoderada es una de las casi 4.000 líderes del Movimiento Nacional de Gestores de Paz apoyado por World Vision. Peter Gape explica que otra de las estrategias es el trabajo directo con las familias, un entorno donde se producen la mayoría de las violencias contra la niñez, el cual es abordado desde la metodología de Crianza con ternura. Estos talleres brindan la posibilidad de tramitar las propias experiencias de crianza y aprender herramientas basadas en la ternura para un mejor desarrollo en las capacidades de niñas, niños y adolescentes. Le puede interesar: Cómo reducir las cifras de niños, niñas y adolescentes que son víctimas de violencia en Colombia En 2018 la organización impactó a 1.565.910 menores de edad en todo el país, así como a padres, madres, cuidadores, actores del sistema de protección local y de la sociedad civil, que fueron capacitados para que entiendan los derechos de la niñez y así completen la armadura de prevención que esta ONG busca implantar en la sociedad. “Todos los sectores –incluyendo el Gobierno– tenemos que hacer más. Hace falta sentarse a escuchar a la niñez y tener en cuenta sus voces porque el silencio es nuestro, no de ellos, como nos llama la Convención de los Derechos del Niño, hace 30 años”, afirma Peter Gape.