Incertidumbre total es lo que se respira entre los habitantes del Meta debido al cierre del corredor vial. Una inestabilidad geológica a la altura de Guayabetal, Cundinamarca, fue el detonante. Pese al esfuerzo del Gobierno y del concesionario por buscar una solución, la preocupación sigue creciendo, tanto como las pérdidas de la región. Si bien los trabajos para remover los derrumbes y recuperar y ampliar el terraplén de la vía afectada permitirán retornar a la normalidad, el Gobierno ha tenido que pensar en el diseño de un viaducto de 700 metros cuyo costo alcanzaría los 120.000 millones de pesos. Sin embargo, esta alternativa, que para algunos sería la solución definitiva, podría demorar más de un año. Y en todo caso, es necesario construir un sistema que proteja a los usuarios de la caída de material por la inestabilidad geológica de la cordillera. La Cámara Colombiana de la Infraestructura y la Sociedad Colombiana de Ingenieros no se han pronunciado. Diversos sectores insisten en la apertura de la vía con medidas que garanticen la seguridad de los usuarios, sin dejar de lado la solución definitiva. Para Giovanny Angulo, presidente de la Veeduría de la Cámara de Comercio de Villavicencio sobre la Vía al Llano, el problema obedece a la falta de claridad en muchas decisiones que se dieron a través del tiempo y que están generando incertidumbre sobre el futuro de la vía. “El manejo de los taludes no está presente en esta cordillera, que es muy joven, y vamos a seguir teniendo problemas si no se le da un manejo adecuado. Hay que hacer recuperación ambiental y diseños geotécnicos”, explicó. Considera que hay que dejar quieta la montaña y que la alternativa definitiva para él, como ingeniero, es recuperar y ampliar la vía por el Sisga, la cual podría estar lista para finales de 2020. Sostiene que lo más exigente es la ampliación de los 18 túneles de este corredor, con lo cual se pasaría de ocho a cuatro horas de viaje, pero a través de una carretera segura. Recalcó que los contratos mal elaborados iban a terminar llevando a que el hilo se rompiera, como ocurrió con los kilómetros 58, 64+ 200 y otros tantos. Lea también: ¿Cuál es el plan B del Gobierno para emergencia sobre la vía al Llano? De acuerdo con la secretaria de Hacienda de la Gobernación del Meta, María Consuelo Rodríguez, el departamento refleja un déficit de 12.000 millones de pesos en lo corrido del año por el no recaudo del impuesto al consumo en cerveza, licores, cigarrillo y tabaco, lo que genera grandes traumatismos al desarrollo de programas de inversión social. En el sector de la construcción, que venía siendo un motor de la economía regional, se presentó una reducción de las visitas a las salas de negocios de vivienda nueva en 59 por ciento, ya que gran parte de los compradores venían de Bogotá. Camacol informa que el desistimiento en la compra de vivienda nueva alcanzó los 18.000 millones de pesos. El sector turístico reportó que en el primer semestre 406.281 personas dejaron de visitar al departamento por los problemas en la vía. Las pérdidas se situaron en 97.306 millones de pesos, representados en la disminución del 90 por ciento de las reservas. Para el gerente del Comité de Ganaderos del Meta, Eduardo Arias, el cierre de la vía generó sobrecostos en el flete del ganado. Sin embargo, recalcó que esta situación se vio compensada con el incremento del precio del ganado en Bogotá. Diariamente se movilizan entre 1.100 y 1.200 reses entre Villavicencio y la capital del país. “La urgencia es abrir la vía, pero garantizando la seguridad de los usuarios, eso permitirá adoptar otras medidas para tener una solución definitiva a la problemática del kilómetro 58 y otros puntos críticos del corredor”, señaló. *Periodista.