En Medellín solo cinco de cada diez mujeres logran emplearse, aunque la cifra de mujeres en edad de trabajar supera la de los hombres, según el más reciente informe de ‘Medellín Cómo Vamos’. Ellas, en promedio, siguen recibiendo solo el 83 por ciento del salario de sus pares masculinos. Y si miramos solo el sector académico, unicamente el 28 por ciento de las investigadoras en el mundo son mujeres, dice la Unesco. Sin embargo, según el mismo informe de ‘Medellín Cómo Vamos’ estas cifras han cambiado con los años y entre las razones hay una que puede explicarlo: entre más mujeres haya, la diversidad laboral es más amplia. Pero todavía nos falta. Como explica Rocío Arango, líder de innovación social de Ruta N, “en el mundo ha habido más de 850 premios Nobel, y solo 49 han sido mujeres. De esas 49, solo 17 han sido en áreas STEM (ciencia, tecología, ingeniería y matemáticas, por su sigla en inglés). Debemos aumentar la participación de las mujeres en la ciencia y la tecnología”. La buena noticia es que el cambio ya es parte del presente. En Medellín se están haciendo esfuerzos en los sectores público y privado para lograrlo: la Secretaría de las Mujeres de la Alcaldía, de la mano del Laboratorio de Innovación de la ciudad, trabaja en resolver el reto de incluir a más mujeres jóvenes en el sector TIC. Las fundaciones Motorola Solutions, Rodrigo Arroyave Arango, Marina Orth, Corpoemprende, la Corporación Makaia y Ruta N lanzaron el programa 250 jóvenes en TIC con el fin de aumentar la confianza en la tecnología de las niñas de décimo y once de colegios públicos de Medellín. La idea es que lleguen a ver este sector como un proyecto de vida. Igual sucede con las comunidades de desarrolladoras que hoy está en auge. Al respecto, Carolina González, directora ejecutiva de Intersoftware, expresa que “las mujeres no podemos quedar afuera de todo este ‘boom’ de la tecnología. Estamos en la Cuarta Revolución Industrial, una revolución digital en la que todo cambia, y las mujeres tenemos que hacer parte de ese cambio. Estamos hechas para esos grandes retos”. Y las jóvenes comparten la misma opinión. Como dice Manuela Agudelo, estudiante de grado once del Inem, “las mujeres que hoy trabajan en tecnología son un ejemplo por seguir. Estamos en una sociedad en la que los hombres pueden ejercer casi todo. A las mujeres nos cohibían mucho antes. Ahora que tenemos la posibilidad, debemos aprovecharla”.