Este contenido institucional surge de una alianza con el Museo de Antioquia. Haga clic aquí para ver los demás contenidos de este especial. La idea del arte o, más ampliamente, de la cultura como agente de transformación social es hoy un discurso común, que, a pesar de ser usado hasta el cansancio, no termina de comprenderse. ¿Cómo puede aquello que denominamos una obra artística cambiar realidades e imaginarios sociales en una Colombia cada vez más necesitada de puntos de encuentro? ¿Cómo utilizar las herramientas del arte para que dejemos de mirarnos unos a otros con la desconfianza y el desconocimiento hoy tan evidentes en nuestra realidad nacional? Es necesario preguntarse por el arte mismo, pues no creemos que actúe por una especie de ósmosis. Nadie se vuelve “mejor persona” solo por estar frente a algo que otros catalogan arte. Los seres humanos no vivimos en una sola dirección: no siempre estamos enrutados a ser mejores. Evolucionamos, pero también fallamos; nos quedamos quietos, y luego volvemos a andar. Tenemos tiempos acelerados y muertos. Creemos que el arte es valioso porque es parte de la sensibilidad y del espíritu humano, de un espíritu que se pregunta por qué estamos en este mundo, quiénes somos o hacia dónde vamos. El arte es valioso porque les recuerda a las sociedades asuntos fundamentales que nos constituyen como especie: nuestra capacidad de tener ideas, de sentir emociones, de comprender el mundo y transformarlo por medio de la materialización de esas ideas y del cultivo del conocimiento; de nuestra sensibilidad frente a la belleza, o al horror; de nuestras propias voces y de cómo nos organizamos como comunidades. El arte es una de las formas en que nosotros –seres perdidos en un planeta antiguo y vasto, violento e injusto, pero hermoso– tratamos de dar sentido a nuestra existencia y a la aparición de los demás en nuestra vida. Para el Museo de Antioquia, el arte es una de las más grandes vías de construcción de una sociedad que, como la nuestra, necesita dejar de optar por el camino de la guerra. Por esta razón, en estas páginas queremos dar cuenta de un proyecto de grandes dimensiones en el que venimos trabajando desde 2016: Museo 360, que consolida preguntas acerca de nuestro papel en el aquí y el ahora de Medellín. Se trata de un macroproyecto que se nutre de años de experiencia, de trabajos artísticos y pedagógicos ya realizados, pero que hace una apuesta novedosa por impactar un sinnúmero de problemáticas y comunidades presentes en el centro de Medellín. Buscamos ese impacto mediante prácticas artísticas contemporáneas y modelos de educación, comprendiendo a ese centro de Medellín como un pequeño universo en que se reflejan las diversas realidades de nuestro tiempo y cultura. El relato que encontrarán en esta revista da cuenta de una institución que es un entramado de distintas estrategias creativas, el cual, además de Museo 360, abarca proyectos expositivos temporales, revisiones críticas de nuestra colección, actualizaciones de nuestras salas permanentes, propuestas educativas y una rica agenda cultural de ciudad que busca incluir a las más diversas comunidades. Este gran proyecto ha sido posible gracias a instituciones públicas y empresas privadas que no olvidan la necesidad de apostar por una sociedad integral, capaz de comprenderse en sus sentidos más prácticos y en los más simbólicos. Hoy, nuestro museo es un heredero del esfuerzo y el deseo de artistas, ciudadanos, líderes y todos aquellos que han puesto el hombro para trabajar a nuestro lado. Los invitamos a leer este especial editorial, que hacemos en alianza con ARCADIA, y a conocer un proyecto que hemos construido con esfuerzo y orgullo con el fin de ofrecer una narración muy actual de lo que somos. Este es el Museo de Antioquia en el siglo XXI. Lea aquí los demás contenidos del especial "Museo de Antioquia. En el centro y desde la periferia" haciendo clic aquí.