Pedro Vicente Obando, alcalde de Pasto, tiene una carrera de dos componentes: uno largo, como maestro y docente, y otro breve, en la política. Al final es mucho más lo primero que lo segundo. Se reconoce así por el entusiasmo que le despierta la educación, asunto que ha convertido en la gran prioridad de su Alcaldía. Pero también por su tono y su lenguaje: es didáctico, no tiene visos de dogmatismo, no se defiende con agresividad ni se queja sin razón. Habla como un profesor y no como un político.RODRIGO PARDO: Pasto está en medio de dos procesos muy importantes: el proceso de paz y los problemas fronterizos. ¿Qué significa ese contexto para la ciudad?PEDRO VICENTE OBANDO: Nuestra prioridad es la paz. Pasto fue una de las 16 ciudades capitales donde triunfó el plebiscito a favor de los acuerdos con las Farc. Tal vez una de las mayores votaciones. Como administración municipal nos la jugamos por el proceso. Sin embargo, esa paz tiene dificultades. Una cuarta parte de la población es víctima del desplazamiento y de la violencia. Para una ciudad con un presupuesto pequeño, esa es una realidad compleja. Esto, agravado con la presencia del narcotráfico, y también con la frontera. Son circunstancias difíciles.R.P.: Se está cumpliendo un año de la firma del acuerdo con las Farc… ¿Este periodo ha sido distinto en Pasto?P.V.O.: Sí, en alguna medida. Celebramos plenamente la firma del acuerdo. Tuvimos una tristeza cuando perdimos el plebiscito, y recuperamos la esperanza con la firma en el Teatro Colón. Hemos bajado en número de homicidios, así que es un balance positivo.R.P.: El proceso de paz debería conducir a hacer viables reformas en el desarrollo rural y en la estrategia contra las drogas. ¿Cómo van en el departamento y en su capital?P.V.O.: Queremos una paz con equidad, con justicia social, con un desarrollo agrario integral. No hemos tenido una reforma agraria que sí cubrió a nuestro municipio. Pasto es muy agrario, productor de papa, lecha, cebolla. Y todavía no podemos decir que ya vemos acciones claras. Aún son muy limitadas. Planes para el futuro, pero no realidades visibles aún. Tampoco en la política antidrogas. Son sueños que esperamos ver hechos realidad, porque son la única forma de construir una paz duradera.R.P.: ¿Sueños todavía posibles?P.V.O.: Todavía posibles. Esto es un proceso que no se puede cumplir en un año. La paz debe ser una política de este país durante varios gobiernos, para que la vean nuestros hijos y nietos.R.P.: ¿Cuál es su prioridad como alcalde?P.V.O.: La educación. El plan de desarrollo lleva como nombre ‘Pasto educado, constructor de paz’. Tenemos un apoyo grande del gobierno nacional en infraestructura –más de 100.000 millones de pesos y ya estamos iniciando la construcción de nuevos colegios–, y también en calidad de la educación. Nuestro municipio tiene esa fortaleza. Tal vez los mejores maestros de Colombia están en la región. Tenemos al mejor colegio del país en Pasto: el Liceo de la Universidad de Nariño, y el Colegio Ciudad de Pasto tuvo el mayor número de estudiantes de ‘Ser Pilo Paga’.

En la redacción de SEMANA conversan Rodrigo Pardo y Pedro Vicente Obando.Foto: Julián GalánR.P.: ¿Qué falta?P.V.O.: Cuando la comparación es internacional no quedamos muy bien librados. Por eso tenemos planes estratégicos para mejorar la calidad desde la preparación de los administradores, profesores y programas específicos. El bilingüismo, por ejemplo, está muy lejos de lo que necesitamos. No tenemos educación bilingüe.R.P.: ¿Qué puede hacer un alcalde cuando tanto depende del gobierno nacional?P.V.O.: Tenemos un sistema general de participaciones que nos da el presupuesto exacto para las labores administrativas, para el funcionamiento de las instituciones. La Alcaldía sí puede dedicarle los pocos recursos que tiene, direccionarlos hacia la educación. Pasto tiene un presupuesto de 600.000 millones e invierte 100.000 a la educación, lo cual es sumamente significativo.R.P.: ¿Cómo está la seguridad en la ciudad y en el departamento?P.V.O.: Es muy preocupante. Nuestras ciudades han mejorado los índices en materia de homicidios, pero se ha agravado el matoneo, los robos. Necesitamos un pie de fuerza más adecuado. La informalidad y la carencia de empleo también ayudan a la inseguridad, y otro fenómeno que crea serios problemas es el microtráfico, que está muy extendido a todos los niveles y que llega incluso a la juventud y a la niñez.R.P.: ¿Cómo está la movilidad?P.V.O.: Problemática pero no caótica. Tenemos dificultades por la informalidad, por el mototaxismo. Estamos culminando un sistema estratégico, que lleva siete años ejecutándose, y vamos a realizar las obras más importantes para consolidarlo en los restantes dos años. Tenemos uno de los mejores sistemas de semaforización del país, lo que nos falta es coordinarlo mejor con el sistema operativo.R.P.: Con esos paisajes mara-villosos que lo rodean, ¿cómo avanza el turismo en Pasto?P.V.O.: Tenemos una belleza extraordinaria, con un turismo incipiente. Nos falta apoyo desde el gobierno nacional. No se puede hacer un buen turismo en las condiciones que tenemos.*Director editorial de la Revista SEMANA.