Numerosos hechos históricos dan testimonio de la importancia que tiene la bahía de Cartagena para el desarrollo de la ciudad (y del país), y de cómo esta ha sido decisiva para tomar las decisiones de su ordenamiento territorial. Comencemos este repaso regresando hasta finales del siglo XVI. En esa época el ingeniero militar italiano Bautista Antonelli trazó un plan de desarrollo y construcción de las fortificaciones de La Heroica con el fin de protegerla de posibles ataques desde la entrada de la bahía.Cuatrocientos años más tarde, en 1920, la compañía canadiense Andian National Corporation llegó a Cartagena e impulsó el desarrollo alrededor de la bahía con la compra del puerto de la Machina, la construcción de la vía Cartagena-Mamonal y el desarrollo de zonas residenciales en Bocagrande, que fueron ejemplo de urbanismo para otros barrios. (Buena parte de esa historia la recoge Moisés Álvarez en su texto sobre La Bodeguita, en la página 16).En 1948, con una ley nacional, Cartagena tuvo un instrumento formal para la planificación del territorio y su funcionalidad, fue presentado por el arquitecto José María González Concha y se llamó ‘Plano Regulador’. Este señalaba que: “Cartagena debía ser un puerto marítimo y fluvial de primer orden, terminal ferroviaria troncal, plaza comercial, ciudad de turismo, ciudad sede de una base naval nacional y ciudad olímpica”. Era una propuesta que pretendía: “facilitar un buen funcionamiento de la ciudad del presente y asegurar su mejor organización del futuro”. Fue un plan para el ordenamiento y la proyección territorial de La Heroica pensado a 25 años. Resaltaba la importancia que tenían la bahía y sus cuerpos de agua para el desarrollo integral de la población.Más de cinco décadas después, en 2001, se formuló el Plan de Ordenamiento Territorial (POT), que esperaba que en 2011 la ciudad gozara de prosperidad colectiva, y se viera beneficiada por sus múltiples vocaciones de territorio turístico, industrial y portuario. Así mismo, se enunció el Macroproyecto Sistema Bahía de Cartagena-Canal del Dique.Nuevas solucionesEste macroproyecto (que hoy está en revisión) es una de las referencias por tener en cuenta para generar otro que realmente resuelva los problemas que hoy afronta la bahía. Pero antes de postular posibles soluciones, recordemos de qué se trataba este. Su objetivo es asegurar la disponibilidad de agua potable, consolidar actividades económicas y sociales en el área con el fin de proyectar la ciudad en la región y el mundo, así como fortalecer la industria apoyándose en las operaciones portuarias y marítimas. También impulsar el turismo en islas y cruceros, proteger los escenarios naturales y promover el transporte multimodal, incluyendo la recuperación de la navegabilidad del Canal del Dique hacia el centro del país, entre otros aspectos.Para generar el nuevo macroproyecto que proponemos, no se puede perder de vista lo planteado en el Plan de Manejo Hidrosedimentológico para la Restauración de los Ecosistemas Degradados del Canal del Dique (del Fondo Adaptación), cuya ejecución es urgente para controlar la sedimentación en la bahía, garantizar su sostenibilidad ambiental y la de las ciénagas que se alimentan del dique, así como la navegación fluvial. Hay que recordar, además, el plan de desarrollo urbano del terreno que ocupa la Base Naval en Bocagrande, los proyectos de marinas y el de Bahía Digital (distrito tecnológico) incorporado en la iniciativa Diamante Caribe, de Microsoft y la Fundación Metrópoli.También es válido aspirar a nuevos proyectos como la Avenida Circunvalar Bolívar, una doble calzada escénica de las bahías y las ciénagas en forma de ocho. Esta le da la vuelta por el norte a la ciénaga de la Virgen y por el sur a la bahía de Cartagena. Así se forma un enlace vial Bocagrande-Tierrabomba-Barú que luego pueda cruzar hacia Medellín por el estrecho Rocha-Correa, con vistas de las ciénagas de Palotal y Marialabaja; es decir, una integración vial que le abra las puertas a la creación de una gran ciudad móvil y vital.Si se tienen en cuenta los planes anteriores, todas las propuestas existentes en cuanto a reglamentación, documentos y proyectos, se puede generar entonces un nuevo macroproyecto que contribuya al desarrollo integral de la bahía, que armonice sus distintas vocaciones (de ciudad turística, industrial y portuaria), establezca estrategias para enfrentar los retos actuales, potencialice sus fortalezas y posibilite el aprovechamiento de las oportunidades. Así la ciudad será cada vez más relevante en el Caribe y en el mundo.*Alicia Bozzi es consultora en evaluación y seguimiento a la calidad de vida y políticas públicas, y gestión de proyectos en la Organización Puerto de Cartagena, y Ligia Salazar es la coordinadora de relaciones corporativas de la misma organización.