Panamá es protagonista de la industria portuaria en la región y se lleva gran parte de la torta del comercio internacional de América Latina. Su operación ha mejorado en eficiencia y ha aumentado sus ingresos gracias a la ampliación de su canal, la transformación digital y a la optimización de sus procesos. El Canal de Panamá como entidad, y todas las organizaciones relacionadas con la industria marítima de ese país, unieron esfuerzos para consolidarse como un punto estratégico continental. La propia institución reconoce que “la privilegiada posición geográfica del país nos convierte de manera natural en un ‘hub’ multimodal donde convergen las telecomunicaciones regionales, la mercancía en tránsito por nuestros puertos, los aeropuertos y la red ferroviaria. Todos estos elementos facilitan la conectividad y la colaboración entre el canal y sus clientes”. Una muestra de lo que han logrado se refleja en las cifras de crecimiento de los dos años recientes. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censo del país centroamericano, en 2018 los ingresos del Canal de Panamá se incrementaron en 8,5 por ciento al compararlos con los de 2017, con unos 2.513 millones de dólares. Y en ese año también se había registrado un aumento del 17,6 por ciento frente a 2016. Además de los números positivos, los puertos panameños se han posicionado entre los mejor conectados de la región, según el Índice de Conectividad Portuaria que publica cada año la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. Sus puertos están entre los 15 más conectados de América, y el país tiene dos de sus puertos entre los primeros 100 puestos a nivel mundial. Ese buen desempeño ha sido el resultado de varios factores. De acuerdo con las autoridades del Canal de Panamá, uno de los más importantes fue la ampliación de este a mediados de 2016. Las obras determinaron la puesta en marcha de innovadoras soluciones tecnológicas y la implementación de nuevos procesos que permitieron gestionar con eficiencia el tránsito de buques modernos por las esclusas recién estrenadas, sumado al tráfico de las antiguas embarcaciones por las compuertas existentes. Lea también: Si bien la ampliación de la infraestructura ha sido determinante en los cambios positivos del canal, la tecnología ha sido la piedra angular de esos mejoramientos. Uno de los grandes aciertos fue haber desarrollado una estrategia que permitiera alinear los objetivos del negocio con la transformación digital. La organización identificó oportunidades de innovación y automatización con nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, el Machine Learning y el Internet de las Cosas, entre otros desarrollos. Eso permitió potenciar la toma de decisiones y las interacciones humanas, no solo para lograr una automatización, sino para conseguir una diferenciación y una personalización. Para la comunicación interna y la toma de decisiones incorporaron plataformas para optimizar la colaboración entre todos los actores de la cadena. Por ejemplo, tienen aplicaciones móviles con las que sus colaboradores pueden acceder a la información en tiempo real y resolver situaciones internas lo más rápido posible. También utilizan sistemas para verificar la eficiencia de su servicio. A través de ellos revisan la gestión del personal que coordina el flujo de los buques, y así aumentan la confiabilidad y seguridad de las facilidades que prestan. Pero, como lo dicen las voces autorizadas del canal, todo este proceso de nuevas incorporaciones debe ir acompañado de un cambio cultural y de mentalidad entre sus empleados, proveedores, colaboradores y clientes. Así se dan pasos firmes hacia un modelo de optimización tecnológica y se gestan las transformaciones de la compañía.