Por Juan Miguel Álvarez*
Uno de los sectores productivos más afectados por el cierre de la economía tras la pandemia es el turismo. En Colombia su reactivación ha sido lenta y aunque muestra pruebas de mejoría, se encuentra lejos de volver al saludable estado rentable que gozaba en las primeras semanas de este 2020. Cuando se dio luz verde a la llegada de los vuelos internacionales, a mediados de septiembre, muchos ya estaban preparados para recibir a los turistas bajo estrictas medidas de seguridad. Todos necesitan que retorne lo cotidiano, así sea de forma distinta. A diferencia de ciudades como Bogotá o Medellín, que alternan los ingresos del turismo con los percibidos por sus industrias de manufactura y servicios, las economías locales de la Región Caribe dependen casi exclusivamente de los visitantes. De ahí que recuperar el sector sea una nota subrayada con urgencia.
“Yo me siento optimista”, dice Juan Sebastián Cote, joven hotelero en Tierrabomba, Cartagena. “Desde la reapertura, tenemos un buen promedio de clientes, entre visitantes del día y huéspedes. No es una cantidad equiparable a la que recibíamos antes de la pandemia, pero es suficiente para recuperarnos en unos cuatro meses”. Cote explica que ha sido gente del país y de la región la que ha llenado el cupo de su hotel y que en la temporada alta de este diciembre espera el retorno de viajeros del exterior.
Según la Sociedad Aeroportuaria de la Costa (Sacsa), entre septiembre y octubre de este año se movilizaron por el aeropuerto de Cartagena 174.366 pasajeros, la cifra equivale al 27 por ciento de los registrados durante el mismo periodo en 2019. De estos, unos 20.000 correspondieron a vuelos internacionales. Si bien no todos ellos vienen a Colombia por placer, el flujo de viajeros desde el exterior puede ser tomado como buen augurio. Por su parte, Migración Colombia reporta que desde el 19 de septiembre hasta el 23 de noviembre han entrado al país 101.928 personas con visa de turista.
Jaime Mesa, un conductor de transporte público que cubre la ruta Barranquilla-Cartagena, dice que los extranjeros empezaron a regresar entre finales de septiembre y comienzos de octubre. “Antes los veía todos los días. Ahora son unos pocos. Pero ya hay. Esperemos que para diciembre todo mejore”.
Lejos de Cartagena, en la población guajireña de Palomino, la situación no es distinta. Este destino se ha convertido en punto de referencia para los visitantes internacionales que buscan playas tranquilas y apartadas. Los lugareños dicen que estos han ido llegando “con gotero”: una pareja de franceses que dura tres días y se va, un argentino que va buscando las olas de noviembre para surfear y que intercambia el costo de su estadía por trabajo en uno de los hostales…
Voceros de La Casa en el Árbol, uno de los alojamientos más suntuosos de Palomino, hablaron con SEMANA sobre la ocupación de su negocio en estos días. Recordaban que el 80 por ciento de sus clientes procede de otros países y que, desde el inicio de la reactivación, el pasado primero de septiembre, solo han recibido a una pareja de estadounidenses. El panorama será algo mejor en diciembre, mes para el que ya tienen algunas reservas de turistas extranjeros.
Para un europeo o un estadounidense las ventajas de venir a Colombia son varias. Primero, el valor de las monedas extranjeras, sean euros o dólares, es muy favorable al cambio por pesos colombianos. Segundo, la pandemia sigue golpeando duro en esas partes del mundo, lo que reduce sus opciones turísticas. Y tercero, Colombia viene acrecentando su imagen como destino global.
En los World Travel Awards 2020, evento que reconoce los logros más destacados de la industria del turismo mundial, nuestro país ganó como “destino líder culinario” y ‘destino líder LGBTI’ en Suramérica. Además, San Andrés fue elegido como “destino de playa líder”; Barranquilla, como “destino de ciudad cultural líder”; y Cartagena como “destino de luna de miel líder”. Procolombia, la entidad estatal que se encarga de la promoción del país a nivel mundial, recibió el premio como “agencia de turismo líder en Suramérica”. Todo este caudal de reconocimiento confluye en una mayor presencia en el mercado global turístico de Colombia como una marca que representa interés y seducción para viajeros.
“Esto se va a recuperar del todo”, dice Felipe Cepeda, empresario hotelero en Santa Marta. “A diciembre le tenemos mucha fe y confiamos en que los viajeros del mundo vuelvan a llenar las playas de nuestro país”.
*Periodista, autor de los libros Tierra verde calcinada y Balas por encargo.
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