La puesta en marcha del proyecto de Exportación de Servicios de Salud y de Turismo de Salud ha atravesado por varias etapas. Una primera fue empírica, al ofrecer servicios promocionados por ‘voz a voz’ dada la calidad de los procedimientos y de los profesionales que los llevaban a cabo. Una segunda fase se dio cuando algunas entidades, al tener como punto de partida la innovación tecnológica, decidieron promocionar servicios en marcos internacionales. La tercera está relacionada con un servicio más organizado desde las instituciones, las cuales decidieron salir a buscar activamente al paciente para ofrecer prestaciones de alto nivel de complejidad en un marco de óptima calidad. En la cuarta fase, en la cual nos encontramos actualmente, el país ha visualizado que un sector como el de turismo de salud –que muestra crecimientos desde 2010 hasta 2018 del 20 por ciento en promedio–, aporta realmente al crecimiento económico al generar empleo y posicionar al país en las esferas internacionales. Le puede interesar: ¿Colombia podrá ser una potencia turística? Hoy es cuando lo propuesto por Porter en 1990 adquiere su real dimensión: un clúster es un grupo de empresas interrelacionadas que trabajan en un mismo sector y que colaboran estratégicamente para obtener beneficios comunes. Cuando se inició ese trabajo desde la Cámara de la Salud de la Andi con las empresas que exportan servicios de salud, se vio la necesidad de empezar una articulación no solo de las entidades de prestación sino de todo lo que gira alrededor de este servicio. El ejercicio ha permitido articular entidades como Procolombia, Ministerios de Salud y Comercio, Policía en temas de aduanas y antinarcóticos, Migración Colombia y Aerocivil, entre otras muchas que participan activamente en el proceso. Se ha demostrado que es posible llevar a cabo una labor de país con todas las entidades relacionadas con el tema y se aporta una visión integral de la Nación para posicionar el nombre de Colombia. Pero lo que significa realmente el clúster es articular no solo entidades del sector, sino todo un andamiaje alrededor para prestar el servicio de salud. Aterrizar el concepto en el terreno local implica, primero, que el país ha asimilado el concepto y está dispuesto a hacer cambios que faciliten el ingreso de este tipo de población al territorio nacional, que las entidades acceden a recursos que les permitan demostrar su calidad, que se promueve a Colombia con una visión positiva y que se atrae inversionistas, además de los pacientes. De igual manera, se patrocinan visitas en doble vía para promocionar aún más el servicio. También conlleva un compromiso de los gobiernos locales y de la comunidad para hacer una ciudad o una región más amable al promover una experiencia agradable para el paciente. Colombia cuenta actualmente con seis clústeres articulados para este tema: Valle del Cauca, Bogotá, Medellín, Santander, Norte de Santander, Barranquilla y Atlántico. Cada uno de ellos con entidades de reconocida trayectoria clínica y científica y que figuran en rankings internacionales como el de América Economía, en donde Colombia está incluida con 24 instituciones, con características especiales que permiten que la población que busca servicios en el país tenga un abanico de oportunidades al momento de elegir: gastronomía, cultura, paisajes, naturaleza, clima, amabilidad de su gente, playa, nevados, bosques, lagunas y atractivos nocturnos, entre otras. De esta forma se han venido encadenando otros sectores como turismo, logística, transporte, infraestructura y otros más, que permiten demostrar que promover la exportación de servicios de salud es una gran ancla para impulsar la economía de las regiones. Lea también: El turismo enciende motores Se realizan grandes esfuerzos para posicionar y continuar con el trabajo y falta aún más para ver los resultados que se han planteado. Ya figuramos en el escenario mundial del turismo de salud, razón por la cual la labor de los clústeres regionales enfrenta ahora retos mayores que permitan articular organismos territoriales de una forma diferente. Las nuevas tecnologías y formas de prestar servicios, el control que se pueda prestar a la población antes, durante y después de sus intervenciones, las alianzas estratégicas en lo académico y científico, y el acceso cada vez mayor al conocimiento y el bilingüismo hacen que los clústeres tengan una misión y un trabajo garantizado en el presente y el futuro en función del sector salud. *Director de la Cámara Sectorial de la Salud de la Andi.