De cada diez medicamentos que consume un colombiano, siete son hechos en el país por productoras nacionales. Los tres restantes son traídos del exterior por las multinacionales que los producen. Esto se refleja en el resultado de las ventas de unidades incluidas en el PBS (Plan de Beneficios en Salud, antiguo POS): en su mayoría, son productos genéricos elaborados por la industria local. Según cifras del Observatorio de Medicamentos de la Federación Médica Colombiana, constituyeron el 73 por ciento de lo comercializado en 2018 y alcanzaron un valor de 4,7 billones de pesos. Sin embargo, la proporción cambia al analizar las ventas totales: el 37 por ciento correspondió a medicamentos de alto costo, y no del PBS, por 10 billones de pesos. Estas distorsiones son las que dan pie al presidente ejecutivo de la Asociación de Industrias Farmacéuticas en Colombia (Asinfar), José Luis Méndez, a comprometerse en impulsar una política pública para que las productoras locales compitan en igualdad de condiciones. “Los genéricos y, en general, los productos de casas colombianas, superan estrictos controles de calidad. Es una industria esencial en la economía productiva del país”, afirma el dirigente gremial, quien atribuye a este sector la generación de cerca de 25.000 puestos de trabajo. Su objetivo es conseguir que en esa política se fijen reglas claras para que la industria cuente con seguridad jurídica, mejor acceso al mercado, menos obstáculos técnicos a su comercio e incentivos que favorezcan la inversión en un sector que aporta al Producto Interno Bruto (PIB) entre 1,5 y 2 por ciento, de acuerdo con estadísticas del Dane. El presidente de Asinfar también solicita herramientas del Estado que permitan mayor innovación en la industria para elaborar, en asocio con las universidades del país y el hoy Ministerio de Ciencia y Tecnología, nuevos productos que traten enfermedades que afectan directamente a los colombianos. “Hay que acabar de una vez por todas con el mito de que los medicamentos hechos en Colombia son de baja calidad. Los nacionales son altamente competitivos, cumplen con todos los controles y siempre en condiciones de legalidad. Igualan las cualidades de los originales y son más accesibles a la población”, señala. Tanto es así, que Colombia Productiva –una instancia del Ministerio de Comercio–, incluye en su hoja de ruta para 2032 al sector farmacéutico entre los 17 con los que trabaja para mejorar la productividad. A juicio de Méndez, esa es la manera de hacer sostenible el sistema de salud y de ampliar los beneficios a los pacientes con mayor seguridad, eficacia y a menor costo, acatando así las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los países en desarrollo. Lea también: ¿A qué se debe la controversia sobre los medicamentos biotecnológicos?