Colombia presenta avances importantes en cuanto al papel de la salud en el desarrollo del país, lo que lo hace especialmente atractivo para la inversión en el sector y para la demanda internacional de servicios de salud. Resulta notorio que en mediciones acordes con una concepción de desarrollo que trasciende los indicadores convencionales, como por ejemplo mediante el índice de felicidad de Nacional Unidas, los colombianos reportan un nivel alto, y entre los indicadores positivos se destaca la esperanza de vida saludable. De manera similar, en el índice para una vida mejor, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), Colombia registra una posición favorable en el mundo, destacándose especialmente la dimensión de salud, con una valoración de 7,8 sobre 10. Así que en términos comparativos, los colombianos se muestran más satisfechos con su vida, más felices, y en esta valoración la salud ocupa un lugar destacado. El índice global de competitividad del Foro Económico Mundial elevó la posición de Colombia en 2019, y el mayor avance se registró precisamente en el tema de salud por un aumento de la esperanza de vida saludable. A las mejoras en la percepción sobre la salud se suma el desarrollo de la prestación de servicios, que va de la mano con los avances científicos de grupos de investigación de talla mundial. La revista AméricaEconomía publica anualmente un ranking de los mejores hospitales y clínicas de la región y entre las 58 instituciones reconocidas en 2019, 24 son colombianas, manteniéndose en los últimos diez años como el país con la mayor participación. Esto da cuenta de una oferta de servicios de alta calidad, con un número creciente de instituciones acreditadas y vinculadas con la formación del recurso humano en salud. Lea también: Salud de exportación Ante este panorama, el sector salud colombiano constituye un atractivo a nivel internacional, especialmente en el continente americano. Por una parte, los servicios que se ofrecen en el país pueden satisfacer la demanda de extranjeros y de colombianos residentes en el exterior, quienes viajan a Colombia en busca de atención especializada y que puede resultar menos costosa. Es el caso de los servicios de cirugía estética, trasplantes y odontología especializada, así como tratamientos oncológicos, que atraen a pacientes de otras naciones que se asientan en Colombia o quienes practican el denominado turismo de salud. Lea también: ¿Colombia podrá ser una potencia turística? Por otra parte, dado el desarrollo que ha adquirido el sector a nivel de clínicas y hospitales, la inversión se ha ampliado en varias ciudades y, de hecho, hay un interés creciente de inversionistas extranjeros que han adquirido clínicas o están adelantando nuevos proyectos. Ahora bien, estos movimientos pueden resultar paradójicos, pues, a la par con la expansión del sector, el país se enfrenta a serios retos en materia de sostenibilidad y de garantía del goce efectivo del derecho a la salud. No todo es color de rosa y por ello el panorama optimista que se muestra en una perspectiva internacional debe contrastarse especialmente con el acceso de toda la población a una atención oportuna, integral y de calidad, y de manera especial con el desarrollo de programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Consideración especial debe tener la atención de población migrante, en particular procedente de Venezuela, para lo cual se demandan recursos del Estado colombiano y de la cooperación internacional. En el marco del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, que reconoce la falta de legitimidad y confianza en el sistema de salud, cobra importancia la propuesta que se plantea en el mismo de construir una visión de conjunto y de largo plazo acerca del sistema de salud que puede tener Colombia hacia adelante. De este modo será posible reconocer y consolidar los logros y plantear soluciones para afrontar los retos y las debilidades del sistema de salud, procurando en primer lugar satisfacer las necesidades de la población, y generando mayores posibilidades para la inversión y el crecimiento económico. *Coordinador del Grupo de Economía de la Salud (GES), Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de Antioquia.