En los pasillos de la Clínica Universidad de La Sabana es común escuchar charlas acerca de ‘infraestructura humanizada’ o ‘investigación al servicio del paciente’. Temas que, aparentemente, chocarían con la noción de temor que muchas personas tienen sobre los centros de salud. Sin embargo, aquí, desde hace varios años, tanto médicos como pacientes normalizaron esa conversación. Esta clínica es reconocida por su inversión constante en arquitectura con sentido humano. De acuerdo con Juan Guillermo Ortiz, director de la Clínica Universidad de La Sabana, “se trata de un modelo que busca el bienestar y la integralidad para el paciente a través de espacios amenos donde se garantice su privacidad y cuidado”. Y así ha ido desarrollándose con los años. En 1998, por ejemplo, la institución contaba con 2.000 metros cuadrados de área construida y a la fecha tiene más de 16.000. Le puede interesar: La arquitectura también sana Ahora, el plan es remodelar las cuatro salas de cirugía, construir una más y modernizar las áreas de consulta externa, imágenes diagnósticas y hospitalización. Como explica Ortiz: “Todo siguiendo el modelo de humanización del paciente, en el que incorporamos tecnología de punta y trabajamos con profesionales comprometidos con el bienestar del paciente y la generación de conocimiento desde la universidad”. Para garantizar ese sentido humano, la institución se ha propuesto certificar sus labores bajo la sombrilla de la alta calidad. En 2013 fue acreditada por Icontec en calidad de salud y se convirtió en una de las 46 instituciones que cuentan con esa acreditación en el país. Además, en 2015 se certificó con la Commission on Accreditation of Rehabilitation Facilities, el ente garante de la rehabilitación a nivel mundial. Los proveedores de servicios acreditados por CARF® disfrutan de reconocimiento por su compromiso internacional con la excelencia. ¿Por qué certificarse en esa especialidad? La Clínica Universidad de La Sabana es la principal institución del país especializada en ortopedia y rehabilitación de alta complejidad. Se enfocó en esa área desde que nació en 1998 y ha ido evolucionando gracias a su desarrollo, investigación, docencia y proyección social. Lea también: La donación filantrópica de Sarmiento Angulo Actualmente, ha registrado cuatro grupos de investigación en Colciencias. Además fue la primera clínica del país en adquirir el robot Lokomat, que ayuda a recuperar la movilidad de pacientes con traumas. Y hoy está en proceso de certificación para ser reconocida como hospital universitario. “De esta manera, esperamos consolidar el campus biomédico que busca integrar todos los servicios para tener una mejor sinergia entre las aseguradoras, las IPS, la asistencia, la investigación y la sociedad”, concluye el directivo.