Santander, conocido como el corazón de Colombia, es un departamento rico en suelos y vegetación, bañado por el río Magdalena, la arteria fluvial más importante del país, y descrito como un destino fascinante por atractivos naturales que se extienden desde el caluroso valle del río Magdalena hasta las heladas cumbres de la cordillera Oriental, con los páramos de Santurbán y Almorzadero, que hacen parte del complejo de páramos más grande del país. Sin embargo, este departamento por su geografía es propenso a fenómenos naturales como sequias, incendios forestales en temporada seca y deslizamientos, inundaciones y desbordamientos de sus fuentes hídricas en temporada de lluvias. Estas circunstancias son las que han hecho que el gobierno de Didier Tavera Amado se convierta en referente nacional por su efectividad en el conocimiento del riesgo, reducción del riesgo y manejo del desastre, a pesar de los inclementes efectos de la variabilidad climática que ha enfrentado, desde 2016 con el Fenómeno de El Niño, el segundo más intenso de la historia, hasta 2019 con las fuertes lluvias. Cerca de 150.000 millones de pesos se destinaron a grandes obras de intervención correctivas y prospectivas, que han hecho de Santander un territorio menos vulnerable. Se destacan la construcción de muros de contención, pantallas ancladas y dragados en los ríos en municipios como Bucaramanga, Capitanejo, Cepitá, Cerrito, Concepción, El Playón, Gámbita, Girón, Puerto Wilches y San Miguel. En palabras del gobernador Didier Tavera: “Desde que iniciamos el gobierno conocíamos con certeza las condiciones geográficas del departamento y los riesgos que presentaba. Entendimos que la mejor forma de trabajar en gestión del riesgo es en las etapas de prevención y no en la atención de emergencias. Por eso, desde 2016, garantizamos un trabajo preventivo, articulado con todos los actores del sistema que, de no haber sido por estas acciones para salvaguardar la vida de las familias, otra hubiera sido la historia de Santander, con las fuertes lluvias esto habría sido una tragedia”. Por tierra, agua y aire, Santander desde 2016 ha atendido con éxito y en tiempo récord más de 1.200 eventos desde su puesto de mando unificado (PMU). Como consecuencia de las afectaciones que dejaron algunos de los eventos, se han construido 25 puentes, se han removido más de 250 deslizamientos y en menos de 36 horas se ha restablecido el paso vehicular en corredores como Bucaramanga-Málaga; Bucaramanga-San Gil, sector Curos y Bucaramanga-Matanza, sectores Lagunillas y La Playa. “Atrás quedaron las épocas en las que los santandereanos debían esperar hasta dos meses para el restablecimiento de la comunicación, en corredores fundamentales para la competitividad”, puntualizó el director de Gestión del Riesgo de Desastres de Santander, Ramón Ramírez Uribe. En marzo de 2016, por ejemplo, la dirección de Gestión del Riesgo Departamental ingresó hasta las montañas de California para ayudar a extinguir algunos de los puntos calientes del incendio forestal que se presentó en la vereda Tronadora, y que contó con la atención de cerca de 300 personas de los organismos de socorro y cuatro helicópteros con sistema ‘bambi bucket’; mientras en junio de 2018, el gobernador Didier Tavera fue noticia, cuando a pesar de las condiciones climáticas, se desplazó en moto con el director de la UNGRD, de ese momento, Carlos Iván Márquez, para llegar al lugar del derrumbe en la vía Curos-Málaga. Girón, modelo nacional de renovación urbana Con una buena planificación, la Gobernación de Santander con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo dejaron en otrora las épocas tan lamentables que sufrió Girón. Basta recordar cómo cientos de gironeses vivieron la tragedia invernal en febrero de 2005, cuando el río de Oro y varias quebradas se desbordaron por las lluvias que azotaron esta región del país. Hoy, la historia es otra, los habitantes duermen tranquilos, como resultado del esfuerzo conjunto que convirtió este lugar de la emergencia en un verdadero modelo nacional de renovación urbana. Allí se construyó un muro de contención en gaviones en la margen derecha del río, entre otras obras como viviendas, senderos peatonales, escenarios recreativos y el segundo puente vehicular en el sector San Jorge, que garantiza la movilidad y descongestiona el sur del municipio. Bucaramanga, líder en gestión y prevención La Gobernación de Santander y su gestión ante la Nación consolidó a Bucaramanga como una de las ciudades con mayor inversión en obras de mitigación en Colombia; obras que protegen la escarpa de la meseta de la ciudad y estabilizan los terrenos en zonas que presentaban alto peligro de deslizamientos. Se trata de pantallas ancladas en los barrios Nápoles, Santander, Nariño, Chorreras de Don Juan y San Rafael. Una estrategia didáctica y pedagógica también se desarrolló para capacitar a los santandereanos en la prevención del riesgo, a través del simulador de sismos. Invitó a que cada hogar cuente con una mochila de emergencia, elemental en la supervivencia de las primeras 72 horas de un evento. Con casi 350.000 santandereanos en el Simulacro Nacional de Atención a Emergencias, Santander se ubica como el primer departamento en participación. El mejor legado para el oriente colombiano Este año abrirá sus puertas el Centro Departamental de Emergencias, ubicado en Floridablanca, una obra garantizada por el gobierno departamental que le entregará a todo el oriente colombiano el mejor legado para la prevención y atención de desastres. Con sala de crisis, 125 estaciones de monitoreo y área administrativa, los actores del sistema se articularán para monitorear en tiempo real los factores climatológicos y las fuentes hídricas, que años atrás generaron eventos catastróficos. A esta obra se sumó la instalación del sistema de alertas tempranas en San Vicente de Chucurí, pionera en el departamento, y el segundo radar meteorológico de Colombia, ubicado en Barrancabermeja; herramienta tecnológica, que localizará con certeza y en tiempo real los estados de lluvias y otros fenómenos naturales en 12 departamentos. Según Ramírez Uribe, “el conocimiento salva vidas. Por eso, no se han escatimado esfuerzos para garantizar que la inversión también se dirija hacia la prevención y reducción del riesgo”.