SEMANA: Esta pandemia nos ha recordado la importancia de la labor de los productores del campo...JORGE BEDOYA: Es cierto. Si algo se ha demostrado desde la llegada del covid-19 es que la comida no ha faltado en los diferentes sitios de abastecimiento de nuestro país, que el papel de cientos de miles de hombres y de mujeres que trabajan en las zonas rurales ha garantizado que la gente tenga alimentos y que los productores siguen haciendo el esfuerzo para abastecer a todos los colombianos. El campo le cumplió a Colombia, es momento de que nuestra Nación le cumpla al campo.SEMANA: ¿A qué se refiere?J.B.: Hablo de saldar las deudas históricas que limitan la capacidad de los trabajadores rurales para desarrollar su labor. Colombia tiene 40 millones de hectáreas de frontera agrícola y solo se utilizan 7 millones. ¿Y sabe cuántos kilómetros de vías terciarias hay para transportar los productos que se siembran en ellas? Apenas 175.000 y únicamente el 10 por ciento está en buen estado.SEMANA: Y si a ese impedimento le sumamos las condiciones de empleo, el problema se agrava.J.B.: Por supuesto, la informalidad laboral en el campo es del 86 por ciento, cuando los trabajadores deberían tener acceso a la salud y a la posibilidad de una pensión. Hay muy pocos programas de emprendimiento para la mujer, que tiene todo el potencial para ser un motor de desarrollo económico y de generación de ingresos. Es necesario crear una política de Estado que dignifique al campo.SEMANA: El impacto de la cuarentena también ha golpeado a los productores. ¿Qué tanto se han visto afectados sus ingresos?J.B.: Un millón y medio de compatriotas que ganan su sustento de la construcción dejaron de trabajar, al igual que más de 10 millones de ciudadanos que viven del día a día. Claro que somos afortunados por seguir trabajando, pero la razón de ser de los productores son los consumidores.SEMANA: ¿Qué lecciones le deja esta crisis al sector?J.B.: Tenemos que fortalecer la inversión para proteger a los productores, debemos convertir al agro en una actividad rentable, fomentar la compra de lo local y reducir los intermediarios. Hay que tener en cuenta los cambios de patrones de consumo que genera la pandemia, pues ahí se desarrollan oportunidades desde lo digital para acercar más al productor y al consumidor. El coronavirus deja claro muchas ineficiencias –o deficiencias– de las políticas públicas históricas, pero también del mismo comportamiento del sector agropecuario.Lea también: Biotecnología, la clave para tener cultivos más sostenibles