A los 7 años, la pasión de Marcela Berdugo era vender chocolates y stickers en las instalaciones del colegio Santa Fe de Valledupar, donde estudió. Su abuela, Gladys Lemus, era quien le enseñaba a preparar los postres y quien básicamente la crió, pues su mamá quedó embarazada muy joven y su padre se encontraba realizando el año rural en San Diego, un pequeño pueblo cerca de Valledupar. Ella misma hoy se pregunta si era una niña atípica: nunca le interesaron las muñecas ni los juguetes, solo escuchar las conversaciones de adultos, las historias de su abuela y leer.

Terminó el bachillerato a los 17. Sus buenos resultados en el Icfes la hicieron merecedora de una beca para estudiar economía en la Universidad del Norte, en Barranquilla. “Siempre he sido curiosa e inquieta. Mi padre me inculcó ser la mejor en lo que fuera que quisiera hacer”, asegura. Culminó su pregrado y el siguiente paso fue realizar una especialización en gestión financiera y empezar una vida laboral en el área de tesorería de una clínica de La Arenosa, donde desempeñaba una labor “mecánica y repetitiva”.

En 2016 tuvo el primer contacto con la industria aseguradora, cuando fue seleccionada para trabajar en una multinacional del sector como asesora comercial. Nunca había trabajado en algo similar, pero vio oportunidades de crecimiento. Allí aprendió que el significado de ser corredor de seguros es contribuir a que la comunidad tenga un mejor panorama financiero, y no solo vender un producto que protege al cliente y a su familia, o que permite acumular dinero para la educación superior o el retiro. “La oportunidad de ayudar a las personas desde lo que me apasiona la encontré en la industria aseguradora. Quiero que la gente se organice financieramente, planifique sus metas y, posteriormente, las materialice”, enfatiza.

La Million Dollar Round Table

“Hay quienes trabajan hasta los 60 años, pero no construyen un patrimonio y se pensionan con montos que no cubren su calidad de vida, y terminan dependiendo de terceros. Hay dos momentos claves en las finanzas personales: la educación superior y la vejez. Nosotros podemos ayudar a planear ambos momentos y evitar que tengan sobrecostos financieros”, subraya.

Esta mentalidad fue lo que le permitió hacer parte de la lista de los primeros cinco colombianos en llegar a la Million Dollar Round Table (MDRT) de la Asociación Premier de Profesionales en Finanzas, el ‘club’ más selecto de corredores de seguros y agentes financieros del mundo. La membresía se divide en dos categorías: Court of the Table, para el que se requiere, en el caso colombiano, comisionar ventas en un año por 272 millones de pesos, generar ingresos por 472 millones y primas por 545 millones. La segunda es Top of the Table, donde las comisiones son de 545 millones en adelante, los ingresos de 944 y las primas hasta de 1.090 millones de pesos.

Más allá del reconocimiento, el ‘club’ le ha permitido aprender las prácticas y lecciones de sus pares a nivel mundial y de países donde la industria aseguradora está más avanzada. Su visión sobre el futuro del sector es optimista, aunque aún falte profesionalizar la labor. Considera que los consultores de seguros tienen la obligación de leer, estudiar y prepararse para enfrentar consumidores cada vez más informados. Esta costeña sueña con un futuro donde decir ‘mi consultor financiero’ sea equivalente a hablar de ‘mi pediatra’, ‘mi médico’ y ‘mi abogado’, y aunque aún falte mucho por recorrer, está convencida de que el camino es prometedor.