En el Smart City Expo World Congress, llevado  a cabo en Barcelona en noviembre, la especialista en transporte y transformación urbana Janette Sadik-Khan lo dijo claramente: “Si cambias las calles puedes cambiar al mundo (…) La libertad es poder ir a cualquier lado sin un coche”. Sus palabras reflejan la renovación que han empezado a vivir las grandes capitales del planeta. ¿Para qué utilizar un automóvil si puede usar, por ejemplo, una patineta? Esta no contamina, es fácil de conducir y el usuario la alquila para un trayecto específico. De acuerdo con un informe revelado por CNN, la nueva industria de los monopatines ha movido cerca de 1.500 millones de dólares en 2019. Sucede en Estados Unidos, en Europa; y pasa en nuestro país. Le puede interesar: Al trabajo en patineta en Bogotá En Bogotá, Cali y Medellín este medio de transporte se ha popularizado gracias a compañías como Grin. Cada día, como lo explica su gerente de asuntos corporativos y comunicaciones, María Villate, los usuarios realizan 11.000 viajes sobre patinetas en estas ciudades. “Y si contamos todos los que se han hecho durante el tiempo en que hemos estado operando, sumaríamos más de 1,5 millones de viajes”, dice. Así se han dejado de emitir más de 700 toneladas de CO2 en Colombia y cerca de 3.900 en la región. Estas alternativas de transporte han crecido rápidamente. Pero las leyes que lo regulan no han avanzado de forma tan veloz. Los operadores deben pagar una tarifa por el espacio público, encargarse de las medidas de seguridad y de concientizar a los usuarios de su responsabilidad con el peatón y los demás actores viales. Sin embargo, muchos de quienes utilizan el servicio no llevan casco, no respetan los espacios peatonales y dejan las patinetas en cualquier acera. Para el líder de la iniciativa de conciencia vial ‘Manéjense bien’, Enrique López, el problema no es menor: en las zonas donde hay más circulación de patinetas los centros de urgencias reportan un mayor número de incidentes viales. “Muchos son por cuenta del manejo inexperto del vehículo, por transporte de más de una persona en la patineta, y por niños conduciendo”, explica. Por ello –dice–, urge que las autoridades nacionales presten atención a la regulación del sector para evitar riesgos. Por ejemplo, que las bicicletas –que circulan por su carril exclusivo a velocidades que pueden superar los 30 kilómetros por hora– tengan que compartir vía con las patinetas. Como concluyó el Smart City Expo World Congress, “las ciudades luchan por redefinir su visión de movilidad urbana”, una que sea “multimodal e integrada”. Para lograr esto no basta regular el uso de las patinetas, las bicicletas o el espacio público, sino otro modelo de ciudadano, responsable con el uso de estos medios y que no ponga en peligro la vida de los demás. Usted puede ser uno de ellos. Así que no olvide su casco, respete a todos en la vía y deje la patineta en el lugar apropiado.