SEMANA: Antes de hablar de lo que pasó en Tocancipá, cuéntenos qué papel cumple Redepaz en este proceso que precede los diálogos con el ELN.Luis Emil Sanabria: Soy el presidente de Redepaz y el secretario técnico del Consejo Nacional de Paz, un órgano que asesora al gobierno nacional en temas de paz y facilitala colaboración armónica de las entidades y los órganos del Estado. Para estas conversaciones preliminares, llevamos elaborada la propuesta legal para facilitar la convocatoria de la sociedad colombiana. También la propuesta de mantener el cese bilateral hasta llegar a un acuerdo definitivo y propusimos que el ELN participe desde ya en  el Consejo Nacional de Paz.SEMANA: ¿Por qué se llevaron a cabo estas audiencias preparatorias?L.E.S.: En la agenda de conversaciones del gobierno con el ELN hay un componente de participación ciudadana, y su primer punto es pactar, precisamente, cómo va a ser esa participación. El gobierno y el ELN decidieron que lo mejor era solicitarles a los sectores de la sociedad colombiana que presentaran propuestas de participación. Es decir, que los colombianos expusieran ideas para saber cómo se podría llevar a cabo ese mecanismo.SEMANA: Entonces hicieron esta convocatoria que llevó a la mesa a Tocancipá…L.E.S.: Sí, se convocaron unas audiencias preliminares, que son preparatorias a todo el mecanismo. Se pactaron inicialmente dos sesiones en Quito, pero afortunadamentedecidieron trasladarse a Colombia para poder escuchar a la sociedad colombiana. Por eso se instalaron en el Hotel Pop Art de Tocancipá, allí participaron 211 personas.SEMANA: ¿Quiénes estaban en la mesa?L.E.S.: dos delegados del gobierno nacional, cada uno acompañado por relatores y asesores. También hubo una relatoría del PNUD y la moderación la hizo la embajada del Ecuador. Además, había una mesa de los países acompañantes y garantes del proceso.SEMANA: ¿A quiénes convocaron?L.E.S.: En la primera semana de audiencias, que inició el 30 de octubre, se convocó a una tanda de representantes de organizaciones, instituciones y empresarios. Fueron organizaciones campesinas, agrarias, indígenas. Cada representante tuvo 15 minutos para exponer sus consideraciones.SEMANA: ¿Qué pasó en la segunda semana?L.E.S.: Se convocaron a las organizaciones del litoral pacífico, representantes de la población afrodescendiente, del gobierno de Chocó y de los municipios del Valle, Cauca y Nariño. Aquí también se escucharon las ideas de la Iglesia Católica. Además de las víctimas.SEMANA: ¿Las víctimas de la explosión del oleoducto de Machuca estuvieron allí?L.E.S.: Sí. Fue muy importante escucharlas. El ELN también habló sobre esta masacre, la reconoció.SEMANA: Y la última semana ¿a quiénes escucharon?L.E.S.: Se trabajó en las cárceles y expusieron las organizaciones sociales de la costa Caribe. El fin de esto es que en esas tres semanas se copara todo el territorio. Igualmente, ahora continuarán las audiencias preliminares de manera virtual.SEMANA: ¿Se llegaron a algunas conclusiones?L.E.S.: Todos los representantes llevaron ideas sobre cómo sería el mecanismo de participación. El consenso al que se llegó es que tuviera un enfoque territorial, sectorial y temático. Es decir, que fuera municipal, regional y departamental; que se incluyeran mesas como la de salud o la laboral y otras para las mujeres, los jóvenes o las personas discapacitadas.SEMANA: ¿Se podría decir que el balance fue positivo?L.E.S.: Sí. Se recogieron exposiciones de todo el territorio que se volcaban a construir la paz. En todas las audiencias se insistió en que la participación tenga capacidad de decisión. Es decir, que la gente participe y que se tomen decisiones que transformen las realidades que dan origen al conflicto en los territorios, pero también consensos y pactos para ser llevados a la mesa.Es claro que la mesa entre el gobierno y el ELN es la que va a tomar decisiones, pero no por esto que no se puedan incluir acuerdos y pactos territoriales que finalmente culminen en un gran pacto nacional por la paz. También se insistió en trasladar la mesa de diálogo a Colombia y en mantener el cese del fuego y hostilidades, que se prolongue como una exigencia para participar sin miedo y disminuir la situación humanitaria tan grave que se está viviendo ahora con los asesinatos a los líderes sociales.